15.- La Push

El viernes fue un día bastante soso en general. En clase de trigonometría intenté sonsacarle a Bella sobre lo que había hablado con Edward el día anterior cuando se sentó con el en la hora del almuerzo.

-¿Qué quería Edward Cullen ayer?-pregunte intentando persuadirla, aunque siempre que le sacaba el tema Edward ella contestaba con alguna evasiva.

-Pues no lo se,-contestó en un tono algo enfadado-realmente no fue nada claro.

-Parecías como molesta por algo que te dijo-dije aunque realmente no entendía como alguna chica podía estar molesta cuando el chico mas guapo de este y de probablemente todos los institutos del mundo la invitaba a sentarse junto a él en su mesa.

-Ah, ¿Si?-dijo algo sorprendida.

-Es un poco extraño. En los dos años que hace que llegaron al instituto, ninguno de los Cullen se había sentado con nadie que no fueran sus hermanos.

-Pues no se Jess...-dijo pensativa-Bueno, ¿a que hora quedaremos mañana?

-Bueno Mike me dijo que quedaríamos en la tienda de sus padres a las 10 de la mañana, pero supongo que ahora en el almuerzo nos lo confirmará.-otra vez lo había hecho, había cambiado de tema.

En la hora del almuerzo ultimamos los detalles sobre nuestra excursión a la playa. Todos estábamos muy ilusionados por la acampada y yo esperaba que todo saliera bien.

Al salir del instituto fui a la tienda a comprar unas cuantas cosas que quería llevarme a la playa al día siguiente.

Al llegar a casa, antes que nada preparé la mochila que me llevaría al día siguiente. Cuando casi la tenía lista mi madre me llamó para cenar. Durante la cena estuve repasando con mi madre las cosas que debía poner en mi mochila, siempre lo hacía así porque siempre se me olvidaba algo. Al terminar de cenar me metí corriendo en la ducha mientras venían de nuevo a mi mente las imágenes de mis sueño con MI MIKE. Al salir del baño metí un par de cosas mas en la mochila, me coloque el pijama y me acosté bastante pronto, porque quería estar despejada al día siguiente.

Al levantarme miré por la ventana y me dí cuenta que el hombre del tiempo tenía razón. El sol lucía en el cielo, seguro que Mike estaría super contento por eso, era al que mas ilusión le hacía la excursión. Me arreglé rápido y le eché el último vistazo a mi mochila. Me despedí de mis padres y metí las cosas en mi coche y me dirigí hacia la tienda de los padres de Mike.

Cuando llegué al punto de encuentro allí se encontraban Mike, Erik, Ben, Angela y Lauren.

-Hola chicos!!-salude efusivamente.

-Hola Jess-dijeron todos al unisono.

-Mike, ¿estarás contento? El tiempo acompaña a nuestra aventura.-le dije mientras le salía una sonrisa enorme en su rostro.

-SIIIII, menos mal, cuando me levanté no me lo creía. Es un día estupendo para nuestros planes.- me contestó.

Fueron llegando los que quedaban. A los 5 minutos escuchamos desde la otra punta de la calle la chevy de Bella, que terminó por aparcar junto al sentra de Tyler.

-Oh!!Bella ¿has venido?- dijo Mike muy entusiasmado por la llegada de la chica.-¿No te dije que iba a hacer un día soleado?-Tengo que reconocer que esta reacción no me hizo ninguna gracia. Si esto seguía así iba a tener que hablar con ella.

-Te dije que vendría-dijo ella saludándonos a todos con la mano.

-Bueno, ya solo nos quedan Lee y Samantha, y podremos partir. A no ser que tu hallas invitado a alguien.

-No, ¿a quien iba a invitar?-contesto Bella.

En diez minutos llegaron todos y nos pusimos en camino. Yo monté en la suburban junto a Mike y Bella junto a la ventana. Fuimos ultimando planes durante los veinticinco kilómetros que nos separaban de la reserva de los Quileutes. Al llegar Mike nos mostró el camino mas fácil para bajar a la playa. Colocamos nuestras cosas al rededor de los troncos que usábamos cuando íbamos a First Beach. Los chicos encendieron la hoguera mientras nosotras preparábamos unas mesas con la comida que habíamos llevado. Nos sentamos todos al rededor de la hoguera junto a Mike y Bella.

Mike comenzó a hablar con Bella y a mostrarle los colores de la hoguera. Ella la miraba alucinada, era como si no lo hubiera visto nunca. Al rato varios de los chicos decidieron hacer senderismo por el bosque que había junto a la playa. Por un momento me planteé el ir para poder pasar mas tiempo con Mike pero realmente no me apetecía mucho moverme en ese momento. Además tenía que ultimar detalles sobre nuestra escapada de chicas a Port Ángeles para comprar los vestidos y complementos para el baile. La que si se decidió a ir a la caminata finalmente fue Bella.

-Bueno chicas-dije dirigiéndome hacia Angela y Lauren.-El lunes tenemos que ir a Port Ángeles antes de que se lleven mi vestido.

-¿Tu vestido?-pregunto Lauren un tanto extrañada.

-Es cierto a ti no te lo había contado.-dije abriendo los ojos excesivamente recordando mi sueño- La otra noche tuve un sueño premonitorio en el que me veía en la noche del baile con un hermoso vestido rojo. Lo tengo que encontrar sea como sea. Ese vestido tiene que ser mio.-terminé tajantemente.

-Esperemos que si lo encuentres.-contesto Lauren-Yo hace un par de semanas estuve con mi madre y vi varios modelos que me gustaron, pero aun no me terminé de decidir. Espero que me podáis ayudar.

-Claro que si, seguro que encontraremos cada una nuestro vestido perfecto.-contestó Angela a la petición de nuestra amiga.

Al otro lado de la playa vimos de llegar a algunos de los chicos de la reserva. Dios cada vez que los veía pensaba lo mismo. ¿Qué les daban de comer a los chicos Quileutes que estaban inmensamente fuertes y guapos? Entre ellos pude distinguir a Jacob Black y a Sam Uley.

-Hola chicos!-nos saludó Sam.- ¿Qué tal os lo estáis pasando en nuestra reserva?

El era mayor que el resto, la verdad es que no entendía muy bien que hacía juntándose con chicos tan jóvenes, Jacob apenas superaba los quince y el otro, que pude ver que era Paul, no se si llegaba a los diecisiete. Aunque se le veía como si fuera el protector de los chicos, como si fuera un perro que cuida de sus cachorros. Debían ser cosas de la tribu.

-Muy bien chicos.-contestó Tyler mientras hacíamos hueco para dejarlos sentarse junto a nosotros.-Gracias por acoger a los rostros pálidos en vuestras tierras.-reímos todos al unisono.

Era una de las bromas que siempre hacíamos entre los dos grupos. Nos llevábamos bastante bien con ellos a pesar de que no teníamos mucha relación con los Quileutes dado que ellos iban al instituto en la reserva. Nos enfrascamos en una conversación bastante interesante sobre algunas de las tradiciones de la tribu.

Al rato llegaron los chicos y Bella. Venían muertos de hambre. Al llegar Bella miró con extrañeza el pequeño aumento de nuestra reunión y se sentó junto Jacob.

-Hola, ¿Tu eres Isabella Swan?-preguntó el chico bastante emocionado.

-Bella-le corrigió ella poniendo los ojos en blanco. Estaba un poco cansada de hacer siempre la misma aclaración sobre su nombre.

-Mi nombre es Jacob Black-dijo el chico y le extendió la mano para saludarla.- Tu le compraste el coche a mi padre.

-Oh, tu eres el hijo de Billy.-dijo bastante sorprendida.

En ese momento al chico se le formó una inmensa sonrisa en los labios que dejaban al descubierto sus dientes perfectamente alineados. Hasta la dentadura tenia bonita ese chico. Si no estuviera locamente enamorada de Mike, tenía por seguro que ese sería el chico al que intentaría echarle el lazo. Solo tenía un defecto que era la edad, yo estaba por cumplir ya mismo los dieciocho y empezaría a ser ilegal para mi. Sacudí mi cabeza dejando atrás esos pensamientos.

-¿Conoces a Bella, Jacob?-pregunté interesada.

-Si, en realidad no nos veíamos desde que hacíamos tartas de barro en esta playa cuando yo tenía apenas diez años.-contestó el chico.

-¡Qué bien!-contesté-Menos mal a ver si tu la puedes animar un poquito. Esta algo triste porque su cita le ha fallado.

-¿A quien invitaste?-dijo Lauren extrañada, mientras Bella nos miraba con cara de pocos amigos.

-Invitó a Edward Cullen.-le contesté.

Entonces Sam que estaba hablando con Ben en ese momento se irguió sobre su asiento como si hubieras mencionado al mismísimo diablo.

-¿Te refieres al hijo del Doctor Carlisle Cullen?-preguntó con cara de enfadado.

-Si, ¿lo conoces?-conteste intrigada.

-Los Cullen no vienen aquí.-contesto tajantemente.

Sonó como una orden de que debíamos dejar de hablar del tema. Así que cada uno nos enfrascamos en otra conversación diferente para cambiar de tema. A los Quileutes no les hacía mucha gracia la familia Cullen. Eso fue algo que no me extrañó en exceso dado que a casi nadie le caían bien los Cullen. Es mas, creo que la única que había mantenido una conversación de mas de dos frases seguidas con alguno de los miembros de la familia durante los años que llevaban aquí era Bella, y realmente parecía una relación algo extraña.

Cuando me quise dar cuenta Bella y Jacob se estaban levantando para dar un paseo por la playa. El la miraba con ojos brillantes y ella le sonreía con algo de timidez, como si no se atreviera a mirar de frente esa belleza. No me lo podía creer, no tenía esa chica suficiente con robar los pensamientos de MI MIKE y ser la única afortunada de poder acercarse a Edward Cullen sin que éste la rechazara, que por encima de todo eso en menos de cinco minutos hacía vuelto loco al chico mas guapo de la tribu de los Quileutes. Cada vez me sorprendía mas, pero que tenía esa chica para causar esas sensaciones en los chicos. Entonces la voz de Mike interrumpió mis pensamientos.

-Bueno chicos-dijo dirigiéndose a todos.- Creo que al final vamos todos al baile, ¿no?

-Siii, y Mandy viene también con Taylor, tenemos que contar con ellos.-le recordé.

Seguimos haciendo planes sobre lo que íbamos a hacer en el baile. Cuando al cabo de poco mas de media hora nos percatamos de que Bella y Jacob aun no habían vuelto.

-Por lo visto se deben estar llevando muy bien esos dos.-dije entre risitas.

-Deberíamos ir a buscarlos, ya mismo anochece y tenemos que ir recogiendo.-dijo Mike.

-Ok, yo te acompañaré.-dije rápidamente poniéndome de pie de un salto.

Comenzamos nuestro paseo por la playa, mientras el resto del grupo recogía todos las cosas que habíamos llevado.

-Bueno Mike, ¿cómo te va el trabajo en la tienda?-le dije para romper el hielo.

-Bien, últimamente estamos teniendo bastante clientela a pesar de que el tiempo no ha acompañado demasiado.-contestó algo distraído.

-Me alegro mucho.

Estuvimos el resto de la caminata callados. A él se le veía como preocupado por la ausencia de Bella. Odiaba pensarlo pero realmente esa chica me hacía sentir celosa, aunque no tenía por que, él me había elegido a mi para ir al baile y eso era mucho mas importante. Quise pensar que su estado de preocupación era el que podía haber tenido hacia cualquiera de nuestros amigos, al fin y al cabo ella formaba parte del grupo.

-¡Mira ahí están!-grito sacándome de mis pensamientos.-Ey, Bella por fin te encontramos. ¿Dónde has estado?

-Lo siento chicos,-contestó ella-pero es que me he entretenido hablando con Jacob sobre nuestros recuerdos de la infancia, y me ha estado contando algunas historias sobre la tribu. Son bastante interesantes.

-Estamos recogiendo, porque pronto anochecerá y además está apunto de ponerse a llover.-dijo Mike señalando al cielo.

Volvimos junto al resto del grupo que ya había terminado de recoger la acampada. Cogí mi mochila y me puse en camino.

-Adiós chicos.-les dije a los Quileutes-Hasta la próxima.

-Espero que volváis pronto por aquí.-dijo Jacob dirigiéndose mas que nada a Bella.

-La próxima vez que Charlie venga a visitar a Billy, prometo que vendré con él.-contesto ella dándose por aludida.

Acomodamos las cosas en los coches y emprendimos el camino de vuelta hacia Forks.

-Espero que te lo hallas pasado bien Bella.-le dije a la chica.

-Si, ha sido genial.-contestó- No recordaba lo bonito que era este lugar.

-Me alegro. Entonces, ¿te apuntas para la próxima?

-Claro!-contestó ella bastante ilusionada.

Cuando llegamos a la tienda de los padres de Mike todos nos bajamos del coche con bastante desgana, a la que se le unía el cansancio de el día de excursión. Nos despedimos con muy pocas ganas y nos dirigimos cada uno a nuestros hogares.

Cuando llegué a casa le hice un pequeño resumen a mi madre de como había ido el día,y subí corriendo las escaleras para meterme en el baño. Llené la bañera y me metí dentro, necesitaba relajarme un ratito. Salí de la bañera cuando mis dedos empezaron a parecerse a unas pasas. Me coloqué el pijama y la bata, y le dije a mi madre que no iba a bajar a cenar, estaba demasiado agotada. Caí en la cama en redondo y en menos que canta un gallo caí en las garras de morfeo.