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Os doy la bienvenida a mi blog, realmente no se lo q saldra de el, pero espero que os guste y que poco a poco vallamos entre tod@s ampliandolo un poquito. Espero que si quereis me hagais sugerencias, e incluso si quereis publicar algo solo teneis que pedirmelo, que yo con gusto lo haré. Ante todo quiero darle las gracias Citlally, de Deja Vu Inmortal, que me ha animado a crear este blog y espero no decepcionarla. Tambien mencionar a V@!eRiE que a pesar de su corta edad tiene un gran corazón y me ha inspirado en hacer este blog. Un beso a vosotras y a todas las creadoras de estos blogs que tanto me alegran el alma. GRACIAS

miércoles, 24 de febrero de 2010

28.- Pesadillas




Estaba en medio de una calle repleta de gente, hacía un sol abrasador como el que nunca había vivido antes. Miré a mi alrededor y no supe distinguir en que lugar me encontraba, pero desde luego no estaba en Forks. Mientras comenzaba a pasear intentando descubrir donde me encontraba una imagen vino a mi mente, eran unos ojos color marrón chocolate, me eran algo familiares pero no acertaba a recordar de quien eran. Esa mirada se clavó en mi mente, era una mirada de profunda, con una mezcla entre ira y miedo, miedo que empezó a invadirme poco a poco.


La mirada se desvaneció, el sol me deslumbraba con su fuerza y pude ver la silueta de la que supuse que era la dueña de aquellos ojos que no se apartaban de mi mente. Solo pude distinguir levemente su silueta, era una chica, parecía joven, y su cuerpo temblaba ligeramente. La chica de pronto comenzó a correr delante mía, algo me decía que debía detenerla, que estaba en peligro, pero sin embargo mis piernas no respondían a lo que mi mente planteaba. Me llevé las manos a la cara tapándome los ojos con rabia, sabía que la chica corría peligro pero no podía hacer nada para detenerla.


Cuando abrí los ojos de nuevo, todo estaba sumamente oscuro, aquella oscuridad hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo, e hizo que me encogiera abrazando mis piernas y hundiendo el rostro en mis rodillas esperando a que aquella oscuridad acabara. Poco a poco fui acostumbrándome a esa oscuridad, no conocía el sitio donde estaba, solo se que había un montón de espejos que cubrían toda la pared de la habitación, entonces me fijé que había una barra que recorría de punta a punta la sala donde me encontraba, y entonces supe que me encontraba en una escuela de ballet.


Escuché como unos pasos se adentraban en la sala, esos pasos eran duros, como si los causara alguien fuerte y grande, aunque eran tranquilos y sosegados. Se hizo la luz y corrí a esconderme dentro de un despacho contiguo a la sala de ensayo. Miré por la rendija de la puerta y pude ver al dueño de esos pasos.


Era un hombre alto, delgado pero de complexión fuerte, tenía el pelo largo y algo desmarañado el cual recogía en una coleta. Llevaba unos vaqueros raídos y algo sucios, su torso lo cubría una chaqueta de cuero la cual llevaba abierta y dejaba al descubierto su pecho desnudo y musculoso. Su piel era pálida pero con un tono de brillo ante la poca luz del sol que había dejado entrar a través de las ventanas, parecía como si fuera nieve sobre la que se reflejaba la luz. Era realmente hermoso, aunque había algo en sus ojos que daba un poco de miedo, eran negros como el azabache y reflejaban un sentimiento de maldad.


El hombre comenzó a moverse con suma rapidez alrededor de la sala, colocando cosas aquí y allá, como si estuviera preparándole una sorpresa a alguien, pero algo en la forma que tenía de moverse y en su actitud me decía que no era una sorpresa agradable. Preparó una mesa con un televisor antiguo y un video donde colocó una cinta en la que ponía “Acción de Gracias”. No se cuanto tiempo estuve ahí escondida en aquel despacho admirando la belleza y hermosura de ese ser que tenía delante, cuando de repente escuché como alguien entraba corriendo en el edificio y al hombre se le ensanchó la sonrisa, parece que sería la persona a la que estaba esperando.


Mientras se escuchaban los pasos de aquella persona que subía los escalones de madera de aquel edificio antiguo, el hombre se escondió en un rincón oscuro junto a la salida de emergencia. La televisión se encendió y el video se puso en funcionamiento, no alcanzaba a ver las imágenes que se estaban emitiendo, solo alcancé a escuchar la voz de una mujer.


-¿Bella?-decía la mujer en tono desesperado.-Oh Bella me has asustado.-continuó.


En ese momento levanté la cabeza para ver que quien estaba parada en mitad de aquella sala enorme era mi amiga, Bella estaba allí con cara de pánico y los ojos medio llorosos, como si buscara a alguien. Entonces el video se paró y el hombre salió de su escondite dirigiéndose hacia donde se encontraba mi amiga. Quise gritar pero ningún sonido salió de mis labios, quise salir en su ayuda pero mis piernas no respondieron.


Los ojos de aquel hombre se tornaron de repente en un rojo intenso, mientras ambos se miraban cara a cara. No logré escuchar de lo que hablaban, solo pude distinguir el nombre de Edward y de Alice de toda su conversación. Bella temblaba de pánico pero se le veía bastante firme sobre sus pies. La conversación poco a poco se fue tornando un poco menos cordial, Bella empezó a llorar y entonces vi como el hombre se abalanzaba sobre mi amiga.


Mis ojos no daban crédito a lo que tenían delante de ellos. Tapé mi rostro con las manos, no podía seguir viendo aquello, mientras escuchaba los gritos de dolor de mi amiga.


-No.-la escuché gritar-No, Edward, no lo hagas por favor.


Mis ojos no paraban de llorar a causa del sufrimiento que estaba sufriendo mi amiga, pero no entendía nada. Edward no estaba allí, ¿porque Bella lo mencionaba constantemente?, ¿quién era aquel hombre?, ¿porqué le hacía eso a Bella?


De pronto absolutamente todo se quedó en silencio, y me atreví a volver a abrir los ojos. Las lagrimas aun empañaban mi visión, pero alcancé a ver que no estaba en el mismo lugar, ahora me encontraba en el aparcamiento de un hospital frente a la entrada de urgencias. Mi corazón latía a mil por hora a causa de todo lo que estaba presenciando, nada tenía sentido, pero todo parecía tan real que hacía que me estremeciera con cada sonido que escuchaba en ese momento.


De repente se escuchó el sonido de un coche derrapando a unos cuantos metros de donde yo me encontraba y segundos después aparecía un Mercedes Clase S negro con los cristales tintados frenando en seco justo en la puerta de la urgencia. Cual fue mi sorpresa cuando del coche se bajaban el doctor Cullen y Edward con Bella en brazos, ella llevaba la pierna ensangrentada y parecía estar inconsciente.


Mi corazón poco a poco se fue calmando, Bella parecía estar a salvo en manos de Edward, pero seguía sin entender nada, todo era demasiado confuso. Froté mis ojos para hacer desaparecer las ultimas lagrimas que habían salido de ellos y cuando los volví a abrir desperté. Estaba en mi habitación, sentada sobre mi cama, empapada en lagrimas y con el corazón encogido, todo había sido un sueño, una de las peores pesadillas que había tenido nunca, pero Bella estaba bien y eso me hizo dar un suspiro de alivio.


Volví a recostarme en la cama aunque dudaba que pudiera volver a dormirme después de aquel disgusto. Estuve un rato mirando hacia el techo de mi habitación y se me venían a la mente imágenes del sueño que acababa de tener. La mirada de miedo Bella, la hermosura aterradora de aquel hombre y sus ojos rojos como el fuego que parecía arder dentro de él, y los gritos desesperados de dolo de mi amiga.


Miré el reloj de la mesilla de noche y aun eran las cinco de la mañana, aun quedaban dos horas para que me sonara el despertador. Bajé a por un vaso de leche para ver si lograba conciliar el sueño de forma tranquila, aunque me aterraba que si volvía a dormirme esas imágenes volvieran a mi. El simple pensamiento sobre ello hizo que se me erizara hasta el ultimo pelo de mi cuerpo y las lagrimas volvieran a asomar por mis ojos.


Finalmente el sueño pudo y el cansancio pudo mas que el miedo, y volví a dormirme plácidamente. Esta vez dormí sin ningún percance, sin ninguna de esas espantosas imágenes que había vivido minutos antes.



martes, 23 de febrero de 2010

27.- Tormenta



Aquí os dejo un nuevo capitulo, siento de veras haberos tenido abandonadas tantos dias, pero es que he estado muy ocupada, cosas de casa. También os informo de que junto con mi amiga Sire he creado un nuevo blog al que os invito a que visiteis: http://unsinfindehistorias.blogspot.com Espero que os guste tanto o mas que este. Sin mas me despido y os prometo que nunca mas os dejaré abandonadas tanto tiempo. UN BESAZO A TODAS OS QUIEROOO



Entré en casa de haciendo el menor ruido posible, esperando poder evitar la bronca de mi padre, aunque tenía pocas posibilidades de librarme. Cuando cerré la puerta escuché como mi padre cerraba las cortinas de la ventana del salón de forma brusca.

-Jessica Stanley.-dijo mi padre en un tono que solo usaba cuando estaba realmente enfadado.

-Si papá.-le contesté con tono inocente.

-¿Puedes venir un momento al salón?

Me acerqué al salón en silencio y preparándome para lo que me venía encima. Cuando entré en la habitación mi padre estaba de pie justo delante mía, con los brazos cruzados delante del pecho y con una expresión de sumo enfado en el rostro.

-¿Sabes que hora es?-me dijo sumamente serio. Iba a contestarle pero en cuanto fui a pronunciar palabra el continuó hablando.-Son exactamente las 7:18 de la mañana. ¿No crees que es un poco tarde para llegar a casa?

-Papá, lo siento, es que me lo estaba pasando tan bien con mis amigos, que no me di cuenta de la hora.-lo mire con cara de arrepentimiento esperando que así fuera el castigo menor.

-No valen escusas, deberías haber llegado mucho antes y...

-Cariño deja a la niña,-sonó la voz de mi madre entrando en el salón-solo se estaba divirtiendo en una noche especial.

-Pero...-quiso continuar.

-Ha sido su primer baile de primavera, y además seguro que se ha sabido comportar debidamente.-me miró con cierta complicidad en los ojos-Espero que te lo hayas pasado bien hija.

-Si mamá.-menos mal que mi madre me entendía-Me lo pasé de escándalo.

-Me alegro mucho hija.-me dijo mientras me daba un abrazo y besaba mi frente-Ahora ve y descansa.

-Gracias mamá, buenas noches papá-le dije con una sonrisa inocente en los labios, a lo que el respondió con un bufido.

-De tu padre ahora me encargo yo.-me dijo mi madre al oído.

Corrí escaleras arriba mientras escuchaba a mis padres discutir sobre mi llegada a casa a esas horas. Me metí en mi habitación y lo primero que hice fue quitarme los tacones, no sin antes echarme un ultimo vistazo al espejo. Aunque algunos rizos se habían descolocado y el maquillaje había desaparecido casi por completo, me seguía viendo guapísima. Estaba deseando ver todas las fotos que nos habíamos hecho esa noche. Me di una ducha rápida para quitarme los restos de arena y salina, y me metí en la cama. Pensando en aquella maravillosa noche me quedé mirando hacia el techo y poco después caí en un profundo sueño.

Cuando me desperté eran casi las 15:00 de la tarde. Mis padres habían salido como cada domingo a casa de mis tíos, así que no me esmeré mucho en hacerme la comida. Cogí una pizza de la nevera y la metí en el horno, mientras se horneaba mi almuerzo fui a por mi portátil para colocarlo en el salón. Lo conecté y fui a sacar la pizza del horno antes de que se me chamuscara y me quedara sin almuerzo. Me tiré en el sofá con el ordenador encima de las rodillas y la pizza en la mesilla, de la cual iba cogiendo algunos trozos poco a poco.

Hablé con las chicas que me contaron que se lo habían pasado de muerte en casa d Lauren y que habían llegado a sus respectivas casas a eso de las 5 de la mañana. Mike aun no se había conectado, así que supuse que aun dormía. Cogí el teléfono para mandarle un mensaje para darle los buenos días, aunque realmente ya eran buenas tardes puesto que eran ya las 16:30.



Buenos días mi vida. Espero que todo esté bien y que no te hayan regañado mucho en casa. Yo al final me libré porque mi madre se puso de mi parte. Espero que des señales de vida pronto. UN BESAZOOO”



Seguí mirando cosas en Internet, entre otras la posición en la que estábamos Mandy y yo en el concurso para conocer a nuestros actores favoritos. Finalmente habíamos decidido participar juntas para tener mas posibilidades de ganar, y puesto que el premio era para dos personas lo compartiríamos igualmente. Al entrar en la página lo primero que leí fue un titular que decía: “Anna Kendrik asistirá al evento”. Esto me emocionó bastante ya que era uno de mis personajes favoritos de los libros y de la película, la identificaba bastante conmigo, ya que también estaba enamorada del chico mas deseado del instituto después de Jack Whitlock.

Cual fue mi sorpresa cuando vi que Mandy y yo nos posicionábamos en segunda posición a tan solo veinte votos de la ganadora. Teníamos que conseguirlo como fuera, teníamos que sacar votos hasta de debajo de las piedras, solo quedaban tres días para que finalizara el concurso. Así que me puse manos a la obra, abrí el Tuenti y el Facebook para crear un evento para que todos mis contactos me votaran. Abrí una conversación con Mandy en el messenger y le conté mis planes.



Jessica dice: Amiga, ¿has visto las votaciones?

Mandy dice: Las acabo de mirar, estoy al borde de un infarto de miocardio, en serio, tenemos que ganar.

Jessica dice: Ahora mismo estoy creando un evento tanto en Tuenti como en Facebook para que los que no nos hallan votado que lo hagan.

Mandy dice: Eso es buena idea Jess.

Jessica dice: En cuanto lo tenga listo te lo envío y lo repartes, ok?

Mandy dice: OK! ¿Leíste que está confirmada la asistencia de Anna?

Jessica dice: SIIIIIIIIIIIIIIIIIII

Mandy dice: Me acordé de ti en cuanto lo leí. Seguro que es simpatiquísima, aunque sabes que el personaje de Magguie no me cae demasiado bien, por eso de la envidia que le tiene a Lizzie.

Jessica dice: Estoy super emocionada, nos quedan poco mas de 72h para conseguir ganarlo.

Mandy dice: Seguro que lo conseguimos. Bueno amiga te tengo que dejar porque he quedado con Taylor para dar una vuelta.

Jessica dice: Ok amiga, hablamos luego.



Cuando terminé el evento se lo envié a mi amiga a ambas cuentas y recogí un poco el salón. Puse lo que me había sobrado de la pizza en el microondas y fregué los cacharros que había usado. Me puse a ver la televisión esperando alguna respuesta de Mike, empezaba a preocuparme dado que eran las 17:30 y aun no había contestado a mi mensaje. Estaba pensando en llamarlo cuando me sonó el teléfono de casa y corrí a cogerlo.

-¿Diga?-contesté apresuradamente.

-Hola, ¿Jess?-la voz que sonaba al otro lado del teléfono era la de Mike.

-Hola Mike, si soy yo.-le contesté-¿Estas vivo?

-Siento no haberte contestado antes pero es que me acabo de despertar. Estaba demasiado cansado, tenía sueño atrasado. Espero no haberte preocupado.

-No te preocupes por nada Mike, he estado vagueando un poco en casa, navegando por Internet y cotilleando un poco con las niñas sobre el final de la fiesta anoche.

-¿SI? Seguro que nos habéis criticado a los chicos.

-No demasiado, solo lo justo y necesario.

-Seguro que si.-se rió por lo bajo.

-¿Sabes una cosa?-le pregunté y continué sin dejar que contestara-Mandy y yo vamos las segundas en el concurso, os he enviado a todos un evento tanto al Tuenti como al Facebook para que lo compartáis con vuestros contactos para que nos voten.

-Me alegro mucho por ti Jess, ojalá que ganéis. Seguro que no hay ninguna fan que se lo merezca mas que vosotras.-me animó.

-Ojalá.-contesté.

-Bueno ahora lo veré y prometo enviarlo. ¿Te apetece quedar esta tarde y nos vemos un ratito?

-Eso sería genial, me está dando un poco de claustrofobia el estar todo el día encerrada en casa.

-¿Te viene bien que quedemos en una hora?

-Mejor hora y media, que aun tengo que desmarañar el peinado de ayer.

-OK, pues a las 19:00 estoy en tu puerta.

-Pues ahora nos vemos.

Nos despedimos con un sonoro beso. Cuando colgué el teléfono decidí llamar a Bella, que era a la única que no había visto en el messenger, para ver que tal le había ido el día anterior y cotillear un poco sobre su nuevo novio.

-¿Diga?-contestó Bella al segundo tono.

-¿Bella? Soy yo, Jess.

-Hola Jess.-su voz sonó un poco defraudada, quizás esperaba que la llamara otra persona, quizás esa persona sería Edward-¿Qué tal te fue en el baile?

-Fue magnifico, simplemente increíble.-le contesté.

Comencé a relatarle uno a uno los sucesos acontecidos en el día anterior, desde la sesión de estética, pasando por la sorpresa que nos dieron los chicos, terminando por confesarle lo de los besos con Mike, creí que sería oportuno contárselo ya que no era un secreto para nadie. De repente me di cuenta de que ella no estaba prestando mucha atención o al menos eso parecía.

-¿Oíste lo que te dije Bella?-me irritaba en exceso lo sumamente distraída que era esa chica.

-Lo siento, dime.-contestó ella volviendo al mundo.

-¡Te he dicho que Mike me besó!-volví a gritarle.

-Eso es estupendo Jess.-dijo en un tono alegre bastante sincero.

Le estuve preguntando que había hecho el día anterior y me comentó que solo salió a disfrutar del sol y poco mas. Entonces no me resistí mas, mi lado cotilla salió a la luz.

-Oye, ¿has sabido algo de Edward Cullen?-le pregunté en tono interesado.

Dudó un poco mientras pensaba su respuesta, eso significaba que si había tenido noticias de él, solo que era demasiado vergonzosa para contar los detalles. Entonces escuché la voz del jefe Swan llamarla al entrar en la casa.

-Ah bueno, ha llegado tu padre. No importa, mañana hablamos en trigonometría.-le dije dando un suspiro, realmente me interesaba que era del nuevo novio de Bella.

-Nos vemos Jess.-dijo colgando el teléfono.

Miré la hora y vi que me quedaban exactamente una hora y diez minutos para que Mike llegara a por mi, así que corría a meterme el la ducha e intentar arreglarme el pelo.

Mike como siempre llegó a su hora y me llevó a tomar un refresco a la cafetería. Estuvimos charlando toda lo que restaba de tarde de forma tranquila, hablamos de todo un poco, de los exámenes, de los compañeros, pero sobre todo nos detuvimos en hablar sobre la magnifica noche que habíamos pasado el día anterior, sobre todo cuando nos quedamos solos. El tiempo pasaba volando cuando estaba junto a él, y cuando menos me lo esperé era ya la hora de volver a casa si no quería que mi padre se volviera a enfadar conmigo, y esta vez no me libraría del castigo, porque a mi madre tampoco le gustaba que volviera tarde a casa si al día siguiente tenía clases.

Camino de casa empezó a tronar, hacía mucho que no veía rayos comos eso, y aquel día los truenos sonaban mas que de costumbre, lo que hizo que me abrazara mas fuerte a Mike. Nos despedimos como siempre con un hermoso y cálido beso, que deseamos que no terminara. Cuando entré en casa, salude a mis padres que ya habían llegado y durante la cena les estuve contando un poco sobre el baile, aunque evité contarles donde acabé la noche, ya que eso no le haría demasiada gracia a mi padre. Cuando acabamos de cenar ayudé a mi madre a recoger la cocina y me subí a mi habitación, me puse el pijama y me lavé los dientes. Puse un poco de música en mi I-Pod para relajarme antes de dormir, y para evitar escuchar los estruendos de la tormenta. Cada canción que escuchaba me recordaba a algún momento del baile con Mike. Cuando ya mis ojos no podían luchar mas por mantenerse abiertos, apagué el I-Pod y me acurruqué en la cama en posición fetal esperando que morfeo me acogiera pronto en sus brazos.


miércoles, 17 de febrero de 2010

DIA DE LAS AMIGOSOSAS



Hola a todas mis amigososas, siento no haber escrito un especial como os lo merecéis pero es que he estado un poco liada y mi cabeza no daba para mucho, y si hubiera escrito algo, seguro que hubiera sido feo de veras.


Solo me gustaría deciros que todas y cada una de vosotras sois realmente especiales para mi y que tenéis un huequito en mi corazón y siempre lo tendréis, porque gracias a vosotras mi corazón esta un poco mas contento que antes de conoceros y cada día un poquito mas gracias a vuestras palabras y vuestros animos.


GRACIAS POR FORMAR PARTE DE MI VIDA.


FELIZ DIA DE LAS AMIGOSOSAS!!!!



martes, 16 de febrero de 2010

26.- El Baile: La Fiesta



-¡¿Eso es una limusina?!-grité de emoción.

-Mas concretamente una limusina Audi Q7.-apuntó-¿Te gusta la sorpresa?

-¿Qué si me gusta? Me encanta, es... es...¡INCREIBLE!-dije mientras nos acercábamos al vehículo.

-Todas estáis diciendo lo mismo.-dijo mientras soltaba su brazo de mi cintura para abrirme la puerta de aquella enorme limusina.

-¿Todas?-pregunté sorprendida mientras el terminaba de abrir la puerta para que me subiera.

-JESS!!-gritaron al unisono Angela y Mandy.

Ambas estaban acompañadas por sus respectivas parejas Erik y Taylor. También estaba Tyler sentado en el otro asiento de la limo.

-Hola chicas!!-les dije emocionada mientras me subía-Estáis guapísimas.

-Lo mismo digo Jess.-dijo Angela con su tono angelical.

-Bueno ya solo nos queda una.-dijo Erik.

-Si ademas estoy ansioso por ver la cara que pone Lauren cuando descubra la sorpresa.-dijo Tyler.

Por el camino Mike me explicó que entre todos los chicos habían planeado darnos esta sorpresa. No quería imaginar cuantas horas extras había tenido que hacer Mike en la tienda de sus padres para poder permitirse este lujo, por mucho que el gasto estuviera dividido entre cuatro.

-Jess, tu vestido es genial.-dijo Mandy-Angela ya me había dicho que era estupendo, pero eso se queda corto.

-Gracias Mandy,-le contesté-el tuyo también me gusta mucho, el azul es un color que me encanta y ademas hace juego con tus ojos.

Seguimos comentando sobre nuestros vestidos y sobre la emoción que teníamos por la sorpresa de los chicos. Ninguna de las tres nos separamos de nuestras respectivas parejas. Mike me tenía echado los brazos por encima de los hombros y yo me recostaba sobre los suyos. En cuanto llegamos a casa de Lauren, Tyler se bajó del coche y los chicos le hicieron un gesto para animarle. Cinco minutos después escuchamos el grito de asombro de mi amiga. Seguro que había pensado lo mismo que yo al ver la sorpresa que nos habían preparado nuestros chicos. Tyler abrió la puerta y se confirmaron mis pensamientos.

-AAAHHH chicas, que emoción!!Estáis todas aquí!!Aun no me lo termino de creer.-dijo una muy exaltada Lauren.

Todas dimos saltos de alegría sobre nuestros asientos, hablamos y reímos durante lo que faltaba de trayecto. Cuando llegamos al instituto solo se escucharon palabras de asombro dentro de la limusina. Mike me cogió de la mano y la besó para posteriormente ayudarme a bajar del coche. Detrás de nosotros bajaron el resto.

Todo estaba adornado con globos y guirnaldas de flores de colores vivos, multitud de lazos ondeaban por todos lados y había un enorme arco adornado con violetas y begonias amarillas, a la entrada del gimnasio, que es donde se celebraba el baile. Mike sujetó mi cintura con fuerza y con la mano libre levantó mi barbilla para terminar dándome un beso, y seguir caminando hacia la fiesta. Justo debajo de aquel hermoso arco, nos detuvimos un instante para que el fotógrafo nos hiciera la foto de recuerdo.

El ambiente era de júbilo, todos estaban sumamente contentos, todas las chicas se abrazaban efusivamente cuando se encontraban, y los chicos chocaban sus manos. Nos fuimos adentrando en el gimnasio donde el suelo estaba repleto de globos de colores, desde el centro del techo del escenario salían multitud de lazos que llegaban hasta las paredes del recinto formando arcos. Una enorme bola de discoteca pendía en el techo justo en el centro del gimnasio. La música que sonaba era magnifica, en ese momento estaba sonando Looking for Paradise de Alejandro Sanz y Alicia Keys. Nos acercamos a una mesa que había libre en un rincón del gimnasio para soltar nuestras cosas allí. Mike separó una silla para ofrecerme asiento el cual cogí con gusto.

-¿Quieres algo de beber Jess?-me preguntó.

-Bueno, un refresco estaría bien.-le contesté.

Los chicos fueron a por unos refrescos y algo para picar, mientras las chicas nos quedamos en la mesa, criticando los modelitos de alguna de nuestras compañeras. Cuando llegaron los chicos cada uno se sentó al lado de su pareja. Mike me miraba fijamente mientras sostenía mi mano. Todo el grupo estuvimos hablando y riendo mientras terminábamos los tentempiés que habían traído los chicos, y una vez terminados nos dirigimos a la pista de baile.

El DJ era bueno, hasta el momento no había sonado ninguna canción que me disgustara, en ese momento sonaba Poker Face de Lady Gaga, y cuando terminó sonó Russian Roulette de Rihanna. Con esta última al ser un poco mas lenta, Mike se acercó un poco mas a mi, sosteniéndome por la cintura con una mano y con la otra acariciando mi mejilla, me abracé a su torso hundiendo mi mejilla en su pecho mientras el acariciaba mi espalda. La siguiente canción rompió ese momento romántico, era Four Minutes de Madonna y Justin Timberlake, a esta le siguieron una serie de canciones no precisamente lentas, por lo que pronto mis pies pidieron descanso.

-Necesito descansar.-le dije a Mike-Voy a coger algo de beber y voy a sentarme un rato.

-Te acompaño Jess.-dijo tomando mi mano.

Cuando hubimos cogido nuestras respectivas bebidas nos sentamos de nuevo en nuestra mesa. Allí ya se encontraban sentados Taylor y Mandy. La pobre Mandy no estaba acostumbrada a llevar tacones y lo estaba sufriendo un poco mas que yo. Los chicos se pusieron a hablar de deportes, típica conversación de chicos, por lo que mi amiga y yo empezamos a hablar sobre nuestro tema favorito, osea la saga de Crepúsculo, de la cual ella ya había terminado de leer los cuatro libros.

-Jess, ni te imaginas como acaba todo.-me dijo Mandy con la mirada iluminada.

-Oohh, no me vayas a contar nada, que quiero ver si mañana domingo me termino Eclipse, y comienzo Amanecer.

-¿Por que parte vas de Eclipse?

-Está apunto de comenzar la batalla con los neófitos de Victoria, lo ultimo que leí es cuando Lizzie le pide a Lex que la bese y que luego vuelva con vida de la batalla, entonces ella se da cuenta que realmente también está enamorada de él.

-¿Ves? Te lo dije, ella los ama a los dos. A mi de esa escena me encanta cuando Lex le dice a Lizzie: “Este debería haber sido nuestro primer beso. Mejor tarde que nunca”. Realmente la ama, y ella a su manera también lo ama a él.

-Ahí fue justo donde me quedé porque terminó el capitulo y aquel día moría de sueño.

-Chicas.-nos interrumpió Mike-Vamos a por unos canapés ahora volvemos.

-Vale Mike, nosotras seguiremos aquí de cháchara.

Continuamos con nuestra conversación sobre Vampiros y Licantropos, porque no se si lo había mencionado pero Lex era un hombre lobo. De repente empezaron a sonar las primeras notas de una canción que enseguida reconocí, era la canción de amor mas bonita que se haya podido escuchar en la vida, era de Bryan Adams, era el tema principal de la banda sonora de Robin Hood, el príncipe de los ladrones: Everything I do, I do it for you.

-¿Me concede este baile señorita?

La voz de Mike sonó detrás de mi, lo miré y estaba haciendo una leve reverencia ofreciéndome su mano, que la tomé con gusto, para que lo acompañara a la pista. Una vez allí levantó mi brazo junto al suyo y me hizo girar sobre mi misma una vez, me abrazó con suma ternura y comenzamos a bailar lentamente, unidos como si fuéramos un solo ser. Hundí mi cabeza en su pecho mientras notaba su aliento en la oreja.

-You can’t tell me it’s not worth dying for. You know it’s true. Everything I do, I do it for you (No puedes decirme que no merece la pena, sabes que es cierto. Todo lo que hago, lo hago por ti)-me cantó en un susurro al oído y elevé la cabeza para mirarlo a los ojos.

-Me encanta esta canción, es mi favorita.-dije con ojos vidriosos a punto de derramar un par de lagrimas.

-Lo se, por eso la pedí.-me dijo acariciando mi rostro.

En ese momento cerré mis ojos para evitar que las lagrimas salieran de ellos y todo a mi alrededor dejó de existir para mi, solo escuchaba la melodía de la canción y solo existíamos Mike y yo. Nos fundimos en el mejor y mas tierno beso que me había dado hasta ese momento. Era un beso de amor, de verdadero amor. Sus labios rozaban lentamente los míos, como si los saboreara poco a poco, mientras nuestros cuerpos unidos en uno solo seguían girando alrededor de la pista de baile. Hicimos caso omiso cuando terminó la canción y seguimos sumidos en aquel beso y bailando, deseando que aquel momento nunca acabara. Cuando el ritmo de la música pasó a ser mas animado, agarró mi mano y me llevó hacia el exterior del gimnasio.

Nos sentamos en los bancos de detrás de la cafetería, abrazados el uno al otro, en un armonioso silencio, solo se escuchaba la música de fondo y nuestras respiraciones al compás. La noche aunque era fría estaba despejada por lo que nos detuvimos a mirar las estrellas y empecé a tiritar de frío, por lo que él se sacó la chaqueta y la colocó sobre mis hombros.

-No hace falta Mike, ha sido solo un escalofrío.

-Toma, no quiero que vayas a enfermar, y esta maravillosa noche la recuerdes por eso nada más.-me dijo al oído.

-Aunque enfermara de por vida, nunca jamás recordaría esta noche por eso. La recordaría porque es la mejor noche de mi vida y la estoy pasando a tu lado.

No se cuanto tiempo estuvimos allí, sentados al cobijo de la luna, no se si fueron minutos u horas, solo se que eran los mejores momentos de mi vida.

-Eh chicos.-nos llamó Tyler-Nos vamos a casa de Lauren a seguir la fiesta allí, ¿os apuntáis?

En ese momento nos separamos y Mike me miró fijamente a los ojos, no me hizo falta pronunciar palabra, mis ojos decían lo que realmente deseaba en ese momento, que era lo mismo que decían los suyos, queríamos estar solos, disfrutando de nuestra noche.

-Creo que no Tyler, llevaré a Jess a casa, está muy cansada.-contestó Mike.

-Bueno vosotros os lo perdéis.-dijo Lauren que estaba junto a su novio.

-Ya me contarás que tal os lo pasáis.-le dije a mi amiga.

-Hasta mañana chicos.-dijeron despidiéndose de nosotros.

Momentos después de que se fuera la pareja, Mike me indicó que había traído su coche por la tarde y que lo tenía aparcado en la parte de delante del campus.

-¿Quieres dar un paseo?-me dijo suavemente.

-Claro, ¿donde quieres ir?

-Al lugar donde empezamos todo esto.

Nos montamos en el coche y empezó a conducir hasta La Push. La noche estaba bien entrada, y solo la luna, las estrellas y los faros de la suburban iluminaban la carretera. Cuando llegamos a la reserva Mike me ayudó a descalzarme y bajamos a la playa. El extendió una manta que había cogido del maletero y me colocó otra por encima de nuestros hombros, donde nos acurrucamos para salvar ese frío.

-Es una noche magnifica.-comenté en un susurro.

-Si, sobre todo porque estas a mi lado.-me contestó-Te quiero Jessica Stanley.

-Yo también te quiero Mike Newton.

Al decir esto nuestros rostros se acercaron poco a poco hasta llegar a sumirnos en un profundo beso. Solo se escuchaban el batir de las olas y el aullido de un lobo a lo lejos. Pasamos así, abrazados el resto de la noche, y solo los primeros rayos de sol nos hicieron conscientes de la hora que debía ser. Era el amanecer mas bonito de la historia, sobre todo porque estaba viéndolo en una playa y a mi lado abrazándome estaba el hombre de mi vida.

Recogimos nuestras cosas y nos dirigimos hacia el coche en silencio. El camino de vuelta a casa fue también bastante silencio, y en nuestros rostros tan solo se veía pena porque sabíamos que en pocos minutos nos tendríamos que separar, que nuestra noche había acabado. Cuando llegamos a la puerta de mi casa Mike paró el motor y me dio un enorme abrazo, besándome detrás de la oreja.

-Ojalá nunca nos tuviéramos que separar.-le susurré al oído.

-Yo pienso lo mismo,-me contestó-pero creo que tu padre nos asesinará a los dos si no entras en casa de inmediato.

Me giré y vi a mi padre asomado a la ventana del salón, con cara de pocos amigos. Así que me despedí con un fugaz beso, me bajé del coche y me coloqué junto a su ventanilla donde le volví a besar.

-Hasta luego Mike.-le dije.

-Hasta luego Jess.-me contestó guiñándome el ojo y poniendo esa sonrisa que yo tanto adoraba.

Cuando llegué al porche de mi casa me quedé allí despidiéndome con la mano hasta que dobló la esquina de la calle y entré en casa con un poco de miedo por la bronca que me esperaba de mi padre.




domingo, 14 de febrero de 2010

25.- Preparativos


Feliz Día de San Valentín a todas las personas que siguen mi blog, y en especial a mis amigososas. Las amo a todas y a cada una de ustedes, sin vosotras este blog no existiría, y por eso les agradezco de corazón que lo sigan leyendo despues de 25 capitulos, es todo un honor para mi que me sigan. Un besazoo a todas y espero que les guste el capitulo. Como siempre espero sus comentarios. OS QUIERO AMIGOSOSAS

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Me desperté en mitad de la noche, sobresaltada, parecía que había tenido una pesadilla pero no recordaba exactamente en que consistía, solo recordaba que en mi sueño algo malo le pasaba a alguien que quería, pero en el momento que iba a descubrir quien era me desperté.

Mi corazón latía a mil por hora, así que bajé a la cocina a tomarme un vaso de leche e intentar tranquilizarme. Volví a mi habitación y me tiré en la cama mirando hacia el techo, intentando conciliar el sueño de nuevo. Algo me decía que mi sueño tenía algo de real. Volví a sumirme en un profundo sueño, en el que no volvía a ver nada sobre el anterior.

El despertador sonó a las 08:30 de la mañana, quedaban exactamente nueve horas y media para que Mike me recogiera para asistir al baile de primavera. Entré en el baño, me lavé la cara y los dientes para despejarme y bajé las escaleras hacia la cocina. Cuando aun no había llegado a la planta de abajo un sabroso olor llegó hasta mi, mi madre había madrugado mas que yo y me había preparado tortitas para desayunar.

-Buenos días Jess.-me dijo mi madre mientras yo entraba en la cocina.

-Buenos días mamá.-le contesté-Gracias por las tortitas, es mi desayuno favorito.

-Lo se, por eso lo he preparado, quería que te relajaras un poco antes de empezar con los preparativos.

Nos sentamos a la mesa y estuvimos repasando e plan del día. Cuando estábamos recogiendo la cocina de las cosas del desayuno, llegó a casa mi tía Jane, la hermana de mi madre, acompañada por mi tío Jackson. Ella era esteticista y venía a ayudarme con los preparativos, y mi tío venía a recoger a mi padre porque iban a echar un día de pesca, pero la verdadera razón era porque mi padre no quería estar en medio de tres mujeres realizando la transformación de una de ellas para un baile, así que sería como una fiesta de pijamas solo de chicas. En cuanto nos despedimos mi tío y de mi padre, subimos a mi habitación y nos pusimos manos a la obra.

-¿Por donde empezamos tita Jane?-le pregunté ansiosa dando palmaditas y pequeños saltitos de la emoción.

-Empezaremos por las cejas.-dijo mientras sacaba de su enorme maletín unas pinzas de depilar, y de mi boca salió un leve quejido.

-Para presumir hay que sufrir hija.-me dijo mi madre mientras se sentaba en mi cama a observar mi tortura.

Todo sea por Mike”, pensé para mi misma.

Me senté en la silla de mi escritorio y me puse en manos de mi tía. La verdad es que no fue tan doloroso como cuando lo hacía yo personalmente, supongo que la experiencia que tenía mi tía no era la que tenía yo en esos temas. Cuando hubo terminado me colocó un espejo en las manos para que viera que tal me había quedado, estaban totalmente simétricas y alineadas.

-Están perfectas tía Jane, yo nunca logro que queden tan iguales.

-Son muchos años de experiencia.-me contestó-Además tú haces un buen trabajo normalmente por lo que se me ha hecho mucho mas fácil.

El siguiente paso fue la pedicura, en la que decidimos que me pintaría las uñas del mismo color que mi vestido, de un rojo intenso. Mientras me hacía la manicura decidimos me pondría las uñas de porcelana, dado que con los nervios de los últimos días las mías habían quedado algo reducidas. Esto le llevó casi una hora pero quedaron absolutamente perfectas, mi tía tenía unas manos de oro. Las pintó en el mismo rojo intenso de la de los pies, pero a las de las manos le añadió unos pequeños cristales de Swaroski simulando las incrustaciones de mi vestido.

Me puso una mascarilla exfoliante en la cara haciéndome un ligero masaje y pensé que tenía que hacer esto mas a menudo, dado que en esos momentos me sentía super relajada. Cuando terminó miré el reloj, eran casi las 12:00 y la calma que había tenido minutos antes se me terminó en un instante.

-¡Quedan solo cinco horas y media para que Mike llegue a por mi!-grité dando vueltas por la habitación.

-Tranquilizate hija mía.-me dijo mi madre-Te traeré una tila y me pondré a preparar la comida. ¿Quiere tomar algo Jane?

-Traeme un refresco hermana.

Dicho esto bajó a por nuestras bebidas y mi tía sacó del maletín la maquina para calentar la cera. Mientras se calentaba, nos tomamos lo que mi madre nos había traído y en cuanto lo terminamos vino la siguiente tortura. Mi tía extendió en mi cama una especie de sabana de usar y tirar y me indicó que me tumbara para empezar con la depilación. Solté un par de gritos y le propiné un par de patadas involuntarias a mi tía, que me regañaba cada vez que me quejaba.

-No seas tan quejica sobrina, que no es para tanto.-dijo en medio de sus carcajadas.

Cuando terminó esa tortura, eran las 13:30, fui al baño a enjuagarme la cara de la mascarilla y mi madre nos llamó para comer. Había preparado contramuslos de pollo con salsa de zanahorias, acompañados de arroz a la brasileña. Cuando casi habíamos terminado de comer sonó el teléfono y di un respingo saltando hasta él.

-¿Si, digamé?-dije al coger el teléfono.

-Hola Jess!!-escuché la voz de Lauren.-¿Cómo va todo? Yo estoy super nerviosa.

-Hola Lauren, yo también estoy nerviosa.-miré el reloj y vi que eran casi las 14:30-Solo quedan tres horas y media para que Mike me recoja y aun me queda la sesión de peluquería y de maquillaje. Menos mal que tengo aquí a mi tía Jane que esta haciendo una obra de arte con todo mi cuerpo.

-A mi mas o menos me queda lo mismo que a ti, pero yo tengo quince minutos mas que tu, Tyler quedó en recogerme a las 18:15. Te llamaba solo para desearte suerte y que ojalá a Mike le encantes hoy.

-Lo mismo digo amiga, ojalá Tyler se quede boquiabierto al verte. Te dejo que ya hemos terminado de comer y me tengo que duchar para empezar con la sesión de peluquería.

-Nos vemos en el baile Jess.-me dijo en tono alegre.

-Hasta luego Lauren.

Colgué el teléfono y recogí mi plato y mis cubiertos de la mesa.

-¿No comes mas hija?-me preguntó mi madre preocupada.

-Mamá tengo un nudo en el estómago, como coma un gramo mas echaré hasta la primera papilla.-le expliqué.

Metí mis cosas en el lavavajillas y mientras mi madre y mi tía terminaban de almorzar, me metí en la ducha. Aunque ya me había lavado el pelo la noche anterior, me lo volví a lavar para echarme la mascarilla para el pelo que me había traído mi tía. Gracias a dios la pintura de las uñas era resistente y no sufrió percance alguno. Cuando salí de la ducha me puse el albornoz y me lié una toalla en el pelo a modo de turbante. Escuché como mi madre u mi tía hablaban en el salón mientras tomaban un café.

-Tía Jane, ya estoy lista.-la llamé.

-Ya voy Jess.-me dijo ella desde abajo.

En cuanto subieron me senté en la silla delante del espejo del tocador. Mi tía sacó todos sus utensilios de peluquería, secador de pelo, planchas, tenacillas...Entre las dos me secaron el pelo a conciencia, una vez seco mi tía lo alisó mientras ponía a calentar las tenacillas, con las que realizó varios tirabuzones sobre todo en la capa de arriba de mi cabello. Una vez terminó con las tenacillas roció laca por todo el pelo para que no se bajaran los rizos que había elaborado, y preparó todos los utensilios para hacer mi peinado. Empezó colocando horquillas por aquí y por allá, dejando que cayeran algunos rizos y finalmente colocó el broche que iba a juego con los pendientes y el colgante.

Cuando volví a mirar el reloj eran las 16:45, quedaba tan solo una hora y quince minutos para que Mike llegara a recogerme. Me levanté y las manos me empezaron a sudar de los nervios y empecé a hiperventilar hasta tal punto que me dio un leve mareo que hizo que me tuviera que sentar en la silla.

-Tranquilizate hija.-dijo mi madre sujetándome por los hombros dándome ánimos-Veras como todo sale a las mil maravillas.

-Gracias mamá, eso espero.-le dije con mirada de agradecimiento.

-Bueno bueno, ahora llega la ultima fase de la trasformación.-comentó mi tía-El maquillaje.

Le dio la vuelta a la silla donde yo estaba sentada y sacó su maletín de chapa y pintura como ella lo llamaba. Comenzó echándome una base de maquillaje suave y mientras lo hacía me relajé y deje mi mente en blanco. Notaba como diferentes texturas pasaban por mi rostro y hacía caso a las ordenes que me iba dando. “Cierra los ojos, ábrelos” “Separa los labios, pegalos”. Una vez hubo terminado giró mi silla en dirección al espejo del tocador. Mi cara fue de auténtico asombro al ver la obra de arte que habían creado las manos de mi tía. Escuché como llegaban mi padre y mi tío.

Conforme pasaban los minutos yo me iba poniendo mas nerviosa. Ya solo me quedaba vestirme. Empecé poniéndome las medias con sumo cuidado, ya que de por si yo era propensa a romper las medias mientras me las ponía, así que con unas uñas que no eran mías podía hacer un destrozo. Entre mi madre y mi tía me ayudaron a colocarme el vestido para no destrozar ni el peinado ni el maquillaje. Una vez que estuvo bien colocado, les pedí a mi madre y a mi tía que me dejaran sola.

Quedaban solo diez minutos para que llegara Mike a por mi. Me coloqué los pendientes y el colgante, y me senté en la cama a colocarme los zapatos. Me puse delante del espejo grande del armario, repasé cada detalle de mi atuendo, y en ese momento tuve una sensación de dejavú, la imagen que veía en el espejo era exactamente la misma que había tenido aquella noche en mi sueño. Di un gran suspiro y escuché como se acercaba al porche de mi casa un vehículo el cual no conocía el sonido y segundos después como llamaban a la puerta.

-Jess, hija, vienen a buscarte.-dijo mi madre en tono alegre.

No era posible todo se estaba reproduciendo tal y como lo recordaba de aquel sueño, cosa que me hizo estremecer.

-Ya voy mamá!- dije mientras cogía el chal que me coloque sobre los hombros.

Las piernas me temblaban mientras bajaba las escaleras con cierta intriga de ver si todo lo que vi en mi sueño se llegaría a cumplir. Entonces mientras bajaba el último escalón subí la mirada y allí estaba Mike, con su traje gris perla de seda, tal y como lo recordaba de mi sueño. Me paré durante unos segundos que me parecieron horas, entonces vi que llevaba en la mano el brazalete con la flor de luna nueva.

-Hola Jessica-dijo con su sonrisa especial que tanto me gustaba- Esto es para ti.-dijo alargado su mano ofreciéndome aquel obsequio.

-Oh…Gracias…-mis palabras salían temblorosas de mis labios, básicamente porque me estaba concentrando en hablar y respirar al mismo tiempo- No tenías porque haberte molestado.

-No es ninguna molestia.-dijo mientras me colocaba con delicadeza la flor en mi muñeca.-Una flor para otra flor.-continuó mientras se acercaba lentamente hacia mi rostro besando lentamente mi mejilla.

Como si fuera la primera vez que me besaba, mis mejillas se sonrojaron y esto provocó que bajara la mirada avergonzada.

-¿Nos vamos? Nos están esperando.

- Si vamos, pero… ¿Quién nos espera?-dije con curiosidad.

-El brazalete no era la única sorpresa de esta noche.

Me despedí de mi familia y nos dirigimos hacia la puerta, entonces el se paró.

-Cierra los ojos cariño, es una sorpresa.

Ya sabía que haría eso pero igualmente me volví a ruborizar. Cuando ya estábamos fuera de la casa y me ayudó a bajar las escaleras del coche, me agarró por la cintura pegándome a su cuerpo.

-Ya los puedes abrir.-me dijo al oído.

Mis ojos se abrieron como platos y salió una exclamación de autentica sorpresa cuando vi cual era la sorpresa que me había preparado.



sábado, 13 de febrero de 2010

24.- Nervios



Al despertarme recordé que ya era jueves, y que quedaban solo dos días para el baile. Un nerviosismo recorrió mi cuerpo pensando en cada detalle sobre los preparativos para ese día. Al abrir el armario para coger la ropa de ese día, observé por un momento mi vestido y me hice una imagen mental de mi misma en la noche del sábado. Me vestí rápidamente y bajé las escaleras para desayunar, tome leche con cereales y un zumo de piña, recogí rápidamente las cosas del desayuno y me fui al instituto.

En el edificio principal había colgado un enorme cartel que anunciaba que ese sábado sería el gran baile de primavera. Por todo el campus solo se escuchaban comentarios sobre esa noche, las chicas hablaban eufóricas sobre lo que llevarían puesto, tanto de vestidos como de complementos. Cuando fui a soltar unos libros a la taquilla allí estaban Lauren y Mandy, como no comentando lo mismo que todas, así que me uní a la tertulia.

-Hola chicas.-les saludé-¿Estáis nerviosas por el baile?

-Si un montón.-dijo Mandy dando brincos de los nervios-Le estaba comentando a Lauren que ya lo tengo todo preparado, solo me falta pensar como me peinaré.

-Yo le he dicho que mejor se lo alise y lo deje suelto.-comentó Lauren-¿Tu que opinas?

-Liso si, pero suelto...mejor hazte un semi recogido o algo, para un baile no pega ir con el pelo totalmente suelto.

-Bueno, como tengo que ir a la peluquería a arreglarme las puntas y ponerme las mechas, pues le pediré consejo a mi peluquero.

-Yo esta mañana cuando me he levantado y he recordado que ya estábamos a jueves, me ha temblado las piernas y todo.-les comenté-Espero que todo nos salga perfecto esa noche.

-¿Acaso lo dudas?-escuché la voz de Mike detrás de mi, di un respingo dándome la vuelta y tropecé para acabar en sus brazos-Jess, no soy tan feo como para que te asustes de mi.-dio soltando una sonora carcajada.

-No me asustaste, solo que hoy me desperté un tanto nerviosa.-dije esto sin soltarme de sus brazos.

EL me dio un beso en la frente, y detrás de mi se escucharon las risas ahogadas de mis amigas. En ese momento sonó la campana y nos tuvimos que separar para ir cada uno a nuestra clase correspondiente. Nos despedimos con muy pocas ganas.

-Hasta la hora del almuerzo Jess.-me dijo despidiéndose con la mano.

Era increíble, ese año no coincidía en ninguna clase con él, tenía que procurar que el año siguiente esto no volviera a pasar. Entré en clase de historia un tanto decaída, y la cosa no solo no mejoró, sino que empeoró cuando nada mas empezar la clase el Sr. Jefferson nos anunciaba que mañana tendríamos examen sobre la Guerra Civil. La clase se sumió en un tremendo murmullo, a todos nos había pillado por sorpresa, y sobre todo las chicas protestaron por no tener tiempo para estudiar con eso de los preparativos para el baile, pero yo solo pensé en que esa tarde no podría ver a Mike ya que tendría que estudiar. Hicimos un repaso de los temas que entrarían en el examen del día siguiente. No veía la hora de que terminara esa clase, cuando estaba pensando en eso sonó la campana que nos liberaba de la tortura, al menos durante que duraba el cambio de clases.

En clase de biología la cosa no fue mucho mejor, el Sr. Banner nos puso un video sobre la reproducción celular, así que me sumí en los pensamientos sobre el baile del sábado, mi primer baile con Mike, y esperaba que fueran muchos mas, al menos los que nos faltaban hasta terminar el instituto.

El resto de la mañana se me hizo un poco mas corta de lo que se me habían hecho las dos primeras horas que habían parecido años. Cuando menos me lo esperé ya era la hora del almuerzo y la sonrisa se me posó en los labios, porque me podría reunir de nuevo con Mike, esperaba que no se tomara mal lo de no poder quedar esta tarde. Me adentré en la cafetería, cogí mi almuerzo y me senté en la mesa de siempre, Mike aun no había llegado, pero no tardó en aparecer y mi sonrisa se hizo aun mas grande.

-Hola Mike.-le dije mientras el se agachaba y me daba un suave beso en los labios.

-Hola Jess.-me contestó-¿Que tal llevas el día?

-Pues no demasiado bien, el profesor Jefferson nos ha dicho que mañana tendremos un examen sobre la Guerra Civil, YUJU super divertido.-dije en tono sarcástico-Así que lo siento mucho pero no podremos quedar esta tarde.

-Yo te iba a decir lo mismo porque a nosotros también nos ha dado esa sorpresa.-dijo haciendo un puchero.

-Pues aun no has pasado por lo peor, esperarte a la clase de biología, vas a conocer el maravilloso mundo de la reproducción celular, con un maravilloso video de los años 80.

-Oh No!!Que divertido!!Creo que voy a ir cogiendo el mejor sitio en la clase para poder verlo bien.

Nuestra conversación se basó en lo aburrido que estaba siendo nuestro día de instituto. Vi a Bella sentada otra vez junto a Edward, parecían enfrascados en una conversación de lo mas amena, ella apoyaba su barbilla en sus manos mientras lo miraba embobada. Parecía que todo iba perfectamente entre ellos, esperaba que todo siguiera así, realmente lo deseaba. Poco a poco le había cogido mucho cariño a esa chica, y mas desde que Mike ya no parecía fijarse en ella.

La hora del almuerzo terminó y nos apresuramos hacia las clases. En clase de gimnasia empezamos las practicas de bádminton, por fin algo divertido en el día. A última hora entregué mi trabajo de literatura, al Sr. Mason le gustó bastante la presentación que había preparado.

Cuando terminaron las clases me fui corriendo a casa, quería llegar lo antes posible para poder hacer todos los deberes y estudiar lo suficiente para el examen de Historia. Estuve toda la tarde enfrascada en mis libros del instituto, entre el examen y pensar en el baile, mis nervios estaban a flor de piel, hasta que incluso di un respingo cuando mi madre me llamó a cenar. Cené con rapidez, apenas sin pronunciar palabra, cosa rara en mi porque en la cena siempre hablaba por los codos, pero mis pensamientos estaban en otro sitio.

-¿Qué te pasa cariño?-me dijo mi padre-Se te ve rara hoy.

-Nada papá, es solo que estoy un poco nerviosa por un examen que nos pusieron para mañana. El Sr. Jefferson no podría haber elegido mejor día para ponerlo que justo el día antes del baile de primavera.-solté la parrafada con mucho enfado.

-No te preocupes cielo, todo saldrá bien.-me dijo mi madre consolándome.

En cuanto terminé la cena subí corriendo para meterme en la ducha, necesitaba relajarme un poco para poder pegar ojo esa noche, tenía demasiado estrés en la cabeza. La ducha no tuvo el efecto que yo esperaba, en lugar de relajarme para dormir, me despertó aun mas, así que cogí el libro de historia y me tiré en la cama para dar un ultimo repaso.

Amanecí con el libro de historia aun en mis manos, debí quedarme dormida mientras terminaba el repaso. Me levanté de un salto y metí el libro en la mochila, fui al baño a lavarme los dientes y a peinarme esos pelos de loca que se me habían quedado después del baño de la noche anterior. Me vestí rápidamente y me fui al instituto sin desayunar, mi estomago estaba revuelto por los nervios, aunque no sabía si era mas por el examen que tenía a primera hora, o porque ya era viernes y en unas 36h estaría siendo acompañada al baile de primavera por Mike.

Ese nudo en la boca del estomago se hizo mas grande cuando llegué al instituto y me acerqué a clase de historia. Me senté en mi lugar esperando con un semblante serio como el que espera una condena.

-Los exámenes están sobre sus pupitres, tiene exactamente 50 minutos para terminarlo, si tienen alguna duda, mala suerte, deberían haberla preguntado ayer cuando era su momento. Conforme vayan terminando dejen sus exámenes encima de mi mesa y vayan abandonando la clase en silencio. Puede girar su examen.-dicho esto el profesor Jefferson se sentó en su escritorio observando la clase.

Algunos compañeros no tardaron mucho en abandonar la clase, pero yo fui una de las últimas en terminar, había sido mas fácil de lo que me esperaba, me sabía el tema a interpretar bastante bien así que me animé realizando mi redacción.

En clase de trigonometría y Español Bella estuvo un tanto ausente, como pensativa, supuse que pensaba en Edward. No me extrañaba, si yo estuviera con semejante bombón tampoco pararía de pensar en él, aunque yo tenía mi bombón particular, cuyos besos eran los mas dulce que había probado jamás.

En la hora del almuerzo todos hablaban de lo mismo, del baile, de los modelos que se pondrían y de los planes que tenían para cuando terminara el baile. De repente, casi al final de la hora del almuerzo todas las miradas de nuestra mesa y de la mayoría de la cafetería se dirigían a donde se encontraba Bella sentada con Edward.

-¿Esa es Bella hablando con Alice Cullen?-dijo Lauren en un tono despectivo.

Mis ojos no daban crédito a lo que estaban viendo en ese instante, Bella no solo era la novia de Edward Cullen si no que también se relacionaba con Alice, instintivamente miré hacia la mesa de los Cullen, donde vi que no toda la familia parecía tener el mismo sentimiento de felicidad que la duende, como la solía llamar Lauren, vi a Rosalie con cara de pocos amigos mirando fijamente a Bella, si las miradas matasen en ese mismo instante nuestra amiga ya no existiría. Entonces Alice salió e instantes después Edward fue detrás de ella. La hora del almuerzo terminó y nos dirigimos cada uno a nuestras aulas.

-¿Quedamos esta tarde y hablamos para concretar a la hora que te recogeré mañana?-me dijo Mike agarrándome el brazo y acercándome a él. Mi cuerpo se estremeció al pensar en como sería su reacción al ver mi vestido.

-Claro, por ahora no tengo ningún trabajo extraordinario que hacer, aunque no podré quedarme hasta tarde porque el sábado tengo que madrugar para hacer unas cosillas antes de arreglarme para el baile.

-Perfecto, ¿te viene bien que te recoja a las 16.30?

-Por supuesto, estaré lista para esa hora. Nos vemos a la tarde.-dije mientras salía de la cafetería dirigiéndome a clase de gimnasia.

Cuando terminaron las clases corrí hacia el aparcamiento, y vi algo que me sorprendió sobremanera, vi el coche de Bella aparcado junto al coche de Tyler, estaba totalmente segura de que hoy la había visto llegar en el Volvo de Edward. ¿Cómo era posible que su camioneta estuviera allí? Era extraño todo lo que rodeaba esa relación.

Una vez en casa, me metí en el baño a arreglarme, me lavé los dientes y recogí mi pelo en una cola alta, me cambié de ropa y arreglé el bolso, metí las llaves de casa, el monedero y el móvil. Eran las 16.15, así que bajé al salón a sentarme un rato con mi madre, que me preguntó por mi examen. A las 16.30 en punto sonó mi teléfono, era Mike avisándome que ya me estaba esperando.

-Mamá, voy a dar una vuelta, no volveré tarde, esperarme para cenar.-le dije mientras cogia la chaqueta y el bolso.

-Ten cuidado hija.-me dijo.

-Lo tendré mamá no te preocupes.

Salí de casa y ahí estaba el como siempre esperándome de pie con la puerta del copiloto abierta. Se acercó y me besó de manera tierna. Nos dirigimos de nuevo al parque donde habíamos estado dos días antes y empezamos a caminar por el borde del estanque. El había llevado unos bocadillos para la merienda, comimos y le dimos de comer a los patos, finalmente nos sentamos en uno de los bancos junto al estanque.

Fue una tarde muy entretenida, me estuvo contando unos chistes super graciosos y jugamos al pilla pilla, en una de las veces que me fue a pillar, nuestros pies tropezaron entre sí y caímos al suelo, cayendo él encima de mi.

-Te pillé!!-me dijo entre risas.

Nos miramos fijamente a los ojos y nos volvimos a fundir en un cálido beso. Nos levantamos del suelo y nos volvimos a sentar en el banco, donde nos abrazamos nuevamente.

-Bueno, se suponía que esta tarde habíamos quedado para concretar la hora en la que te recogería para ir al baile.

-Pues si.-le contesté. Estaba tan a gusto con él en esos momentos que hasta se me había pasado el nerviosismo del baile.

-El baile comienza a las 18.30, ¿te parece que te recoja a las 18.00?

-Me parece magnifico, prometo estar lista a esa hora, para no hacerte esperar.-dicho esto solté una sonora carcajada.

-Lo bueno siempre se hace esperar, o al menos eso dicen.-rió junto a mi.

Miré la hora y vi que ya eran las 18.30, así que nos teníamos que ir ya, le había prometido a mi madre que llegaría a tiempo para cenar. Ademas como le dije a él por la mañana, pretendía acostarme pronto para poder hacer todos los preparativos para el baile. Me tenía que depilar, hacerme las cejas, la manicura y la pedicura, y sobre todo conseguir un peinado lo mas decente posible, cosa que con mis rizos era algo complicado.

Cuando llegamos a la puerta de mi casa, comenzó la despedida. Cada día nos costaba mas trabajo ese momento. Permanecimos un par de minutos en silencio, mirándonos fijamente a los ojos agarrados de las manos. Levanté mi mano derecha para acariciarle el rostro, y el hizo lo mismo, nos dimos un beso de despedida, que realmente parecía que fuera a ser el último, cosa que nada mas de pensarlo un escalofrío me recorría la espina dorsal.

Cuando por fin, decidimos deshacer ese beso, abrí mi puerta y corrí a colocarme junto a su ventanilla y lo volví a besar fugazmente. Me di media vuelta y corrí hacia mi hogar, pero solo mi cuerpo entraba en casa, mi mente y mi corazón se habían quedado en el coche junto a Mike, que era el dueño de ambos.

Durante la cena estuve un tanto ausente, y solo reaccione cuando mi madre me preguntó si lo tenía todo listo para el día siguiente. Entre las dos hicimos un repaso de todo lo que tenía que hacer al día siguiente, ella me había prometido que me ayudaría a arreglarme para el baile, cosa que le agradecí bastante.

Cuando terminamos de cenar, les dí las buenas noches a mis padres y me dirigí al baño, me preparé un baño relajante con espuma y todo, y no salí de la bañera hasta que mis dedos parecían pasas. Me coloqué el pijama, me sequé el pelo con el secador, y lo amarré en una coleta, al día siguiente ya me preocuparía de recogerlo decentemente. Me eche una crema en la cara que me habían recomendado para que mi piel estuviera perfecta y me metí en la cama, aovillandome y sumiéndome en un profundo y placentero sueño.