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Os doy la bienvenida a mi blog, realmente no se lo q saldra de el, pero espero que os guste y que poco a poco vallamos entre tod@s ampliandolo un poquito. Espero que si quereis me hagais sugerencias, e incluso si quereis publicar algo solo teneis que pedirmelo, que yo con gusto lo haré. Ante todo quiero darle las gracias Citlally, de Deja Vu Inmortal, que me ha animado a crear este blog y espero no decepcionarla. Tambien mencionar a V@!eRiE que a pesar de su corta edad tiene un gran corazón y me ha inspirado en hacer este blog. Un beso a vosotras y a todas las creadoras de estos blogs que tanto me alegran el alma. GRACIAS

lunes, 14 de junio de 2010

APORTACIONES: By Mandy


Esto es una pequeña aportación que he escrito para el blog de mi gran amiga Citlally. Es una parte de su historia contada desde el punto de vista de Seth. Como no, yo y el punto de vista de algun lobo!!Bueno, para las q no sigais la historia de City a lo mejor no tiene mucho sentido, por eso os dejo los links de la 1ªParte: DEJAVU INMORTAL(http://deja-vu-inmortal.blogspot.com), y de la 2ª Parte: DEL CREPUSCULO AL OCASO(http://del-crepusculo-al-ocaso.blogspot.com). Espero q os guste al menos la mitad de lo que yo disfrute escribiendolo. UN BESAZOOO



Seth POV

Era el día de su cumpleaños y llevaba mas de un año sin verla. Todo había cambiado desde que ella se había marchado, desde que nos había abandonado... Pero no la culpo por hacerlo, la culpa de todo lo que estaba pasando durante los últimos tiempos era mía, y solo mía.

Yo era el que había dado el paso, yo era el que había provocado esa esperanza en ella, sabiendo que, tarde o temprano, todo eso tendría un fin, un fin que sin remedio no podríamos evitar. Mi destino, muy a mi pesar, y por supuesto al de ella, estaba unido a otra persona. Cada día que pasaba junto a ella deseaba con mas y mas fuerza que lo que tenía que pasar algún día no pasara, que aquel día no llegara jamás. Pero ese día llegó, y desde entonces ella no esta junto a nosotros. Podría haberse quedado aquí, junto a su familia, que por seguro la habría apoyado, pero decidió marcharse, huir de lo que siempre había considerado su hogar.

A diario pensaba en ella, y en como estaría, a veces solo tenía que mirar al pobre Anthony para saber que ella no estaba bien, que estaba sufriendo, y deseaba aun con mas fuerza poder dar marcha atrás en todo lo ocurrido y que nunca le hubiera dado aquel primer beso, aquella primera promesa sin palabras que nos habíamos hecho con tan solo mirarnos a los ojos.

Esa era nuestra forma de comunicarnos, con solo mirarnos a los ojos sabíamos lo que pensábamos, lo que sentíamos y nuestros corazones comenzaban una carrera desenfrenada para finalizar uniéndose en un solo latir. Pero esos pensamientos también me entristecían, yo la había amado con toda mi alma y eso no quería borrarlo de mi memoria, era algo que siempre estaría dentro de mi corazón y que lo llevaría siempre en mi recuerdo.

En días como este todo se intensificaba mucho mas, aunque todo estaba cambiado, los Cullen no parecían los mismos, y sobre todo Alice, era tan solo una sombra de lo que había sido antaño. Un año antes no hubiera dudado en poner patas arriba la pequeña ciudad de Forks por el cumpleaños de algún miembro de su familia, pero en aquel entonces apenas podían llamarse así.

Los primeros en marcharse fueron Rosalie y Emmet, que quisieron llevarse a Marie con ellos, pero ella se negó y se quedó junto a mi. Ella era ahora la alegría de mi vida, el centro de toda mi existencia, la que día a día, y pese a que me atormentara el recuerdo de Valerie, hacía que la sonrisa nunca se borrara de mi rostro con su sola presencia. Ella era realmente hermosa, superaba con creces la belleza de su madre, la adoraba a cada momento y nunca me cansaba de acariciar su rostro y demostrarle que la amaba y que nunca dejaría de hacerlo.

¿Qué es lo que podría estar ocurriendo para que todo esto pasara?¿Quién era el/la causante de todo esto?¿Cuál había sido el desencadenante para todo esto? Había quien le había echado la culpa a mi querida Marie, como por ejemplo mi hermana, Leah; menos mal que que Marie había sacado la fuerza y el coraje de sus padres y le había hecho frente. Aunque también recuerdo, que Vale había tenido mucho que ver en esa reconciliación entre ambas.

Vale había aleccionado a Marie sobre como debía tratar a Leah, y le había advertido del carácter tan especial que tenía mi hermana. A veces llegaba a pensar que ella sabía que eso iba a ocurrir, que Marie seria la elegida para formar parte de mis destino, y que ese enfrentamiento con mi hermana tarde o temprano llegaría. Eso hacía que me doliera un poco mas, ella lo sabía todo de antemano, y aun así había consentido el que le ofreciera mi amor, aun a sabiendas que nunca sería del todo suyo, aunque la que sería mía para siempre era su prima.

También recuerdo aquel día en el que llamó, nunca lo olvidare, sus palabras se hundieron en mi corazón, yo no era capaz de dejar de culparme por haber hecho que ella se marchara, sin embargo ella, me consolaba, o al menos eso intentaba con sus palabras, y lo hizo con una entereza que ni yo ni Anthony pudimos soportar.

Recuerdo sus palabras exactas: “Se que te lastime al salir lastimada”, no sabía realmente el acierto de sus palabras, “Marie no tuvo mucha elección, y si yo pude aceptarlo...”, “por favor deja de atormentarte”, como no hacerlo si por mi culpa ella no estaba junto a nosotros, “haz que ESTO valga la pena”.

Ella sabía perfectamente que a mi no me podía engañar, ni a mi ni a su hermano. Aun recuerdo cuando aquella llamada terminó, la expresión de dolor en el rostro de Anthony, agarrándose el torso como si se le fuera a despedazar de un momento a otro. Ambos sabíamos que ella no estaba bien, y mas en ese momento, la conexión que ellos tenían llegaba a puntos insospechables. En ese momento yo lo pude comprobar porque en cuanto me acerqué a él para sostenerlo y que no acabara cayendo como parecía que iba a ocurrir, su corazón se aceleró, y se sincronizó con el mío del mismo modo en que el de Valerie y el mío lo hacían cuando estábamos juntos.

-Yo también la echo de menos hermanito.-escuche la voz de mi hermana que se acercaba hacia mi.

-¿Por que todo tiene que ser así?¿Porque me he convertido en el monstruo que un día
odie?-automáticamente algo en su rostro cambió, le acababa de recordar algo que a día de hoy aun le dolía.

-No, no eres ningún monstruo, no mas que ninguno de nosotros, es nuestra naturaleza, simplemente eso.
Nunca seremos personas normales, siempre habrá algo en nosotros que nos haga ser diferentes. Pero somos lo que somos y no podemos evitarlo.

Me abrazó para consolarme y noté como una lagrima se escapaba de sus ojos. Me dolía verla así, hacía mucho tiempo que no la veía llorar, y eso provocó que mis ojos se llenaran también de lagrimas. Estuvimos los dos abrazados, dándonos consuelo mutuamente hasta que alguien comenzó a aporrear la puerta y corrí a abrir la puerta para ver quien era.

-¡ANDY!-grité al verlo delante de mi.

-No hay tiempo para explicaciones, los Cullen los necesitan.

No hizo falta que dijera nada mas, automáticamente Leah y yo entramos en fase y avisamos al resto, algunos que se encontraban patrullando, acudieron a nuestro aviso en cuanto nos encontramos en forma lupina y se encargaron de avisar a los que hacian falta, mientras corríamos hacia el lago.

Cuando llegamos mis ojos no daban crédito a lo que estaban viendo, era una manada de lobos alrededor de un chico, en posición de ataque contra los Cullen, mi segunda familia, que rodeaban a Anthony. No entendía nada pero automáticamente nos pusimos en posición de defensa, flanqueando a nuestros amigos. No sabía lo que estaba ocurriendo, ¿quienes eran esos lobos?¿a que tribu pertenecían? Hasta entonces, pensábamos que solo los Quileutes teníamos ese gen de poder convertirse en lo que nosotros eramos.

Eran una manada muy bien formada, se les veía unidos, tal y como nosotros lo estabamos, rodeaban al chico que debía ser otro de ellos. Aquel chico al que los otros lobos intentaban proteger, no paraba de mirar a Anthony, le pedía explicaciones, unas explicaciones que ninguno conseguíamos entender.

-Te he pedido algo, ¿Acaso no me piensas contestar?-insistía.

Supuse que se refería a Anthony, pero seguía sin entender el porque.

-Te estoy hablando a ti, al chico rubio que no deja de abrazar..a...

En ese momento su voz se quebró, y me recordó a Valerie en el momento que se enteró de mi imprimación con Marie, nunca supe exactamente cual fue su reacción pero estaba seguro de que guardaban cierta similitud. Era un quiebro por amor, sin duda alguna, pero...¿hacia quien? Era imposible que el conociera a Leslie, y Ale...El no dejaba de pasar su mirada de ella a Anthony, como si intentara entender algo que aun no terminaba de entrar en su cabeza.

-No es a mí a quien debes pedírselo.-le respondió Anthony enfrentándose a él.

El chico no paraba de repetir para si mismo cosas que apenas pude entender, pero si que escuche algo que me hizo saber lo que podrías estar ocurriendo.

-¿Por qué….? ¿Qué te he hecho para que me arrebataras lo que más quiero?

Por algún motivo el pensaba que había sido Anthony quien había convertido a Ale en lo que ahora era. Ella debía ser alguien importante en su vida, para que ahora se sintiera de esa forma. Le notaba como su corazón estaba roto, al igual que noté en su momento como lo estuvo el de mi hermana y como lo estaba el de Valerie.

Ella debía ser su imprimación, y realmente ahora su naturaleza, aquella para la que nuestra especie había sido creada, se veía obligado a odiarla, pero era algo que no podría evitar. Ella era suya, y él pensaba que se la habían arrebatado. Me adelanté y quise explicarle la situación, les explique que ellos no habían sido los causantes de la conversión de Ale. No entendían como nosotros podíamos estar de parte de ellos, cuando realmente lo mas lógico sería que estuviéramos del otro lado, pero nada en nuestra existencia era lógico. Les explique a groso modo nuestros lazos con los Cullen, algo que si ellos lo permitían alargaríamos la explicación mas adelante, pero seguían sin entender.

-¿Porque?-seguía murmurando aquel muchacho.

Momentos después vi como él se acercaba demasiado rápido hacia mi amigo. Ambas manadas gruñían al ver lo que estaba ocurriendo. Ale instintivamente aparto de un golpe al muchacho que acabo en el suelo sangrando. Ella salió corriendo cuando él intentó abrazarla y volvió a herirle en el brazo.

-¡MELISSA!-grito el muchacho cuando la vio marchar y ella paró en seco.

-¡¡¡YA basta¡¡¡ déjala tranquila, ¿No te das cuenta que no recuerda NADA?- le exigía Anthony al chico.

Él no entendía como ella podría haberlo olvidado, al igual que yo no entendería que Marie algún día se olvidara de mi, me volvía loco y me faltaba la respiración con el simple hecho de imaginarlo. Me imaginé como le debió caer eso al pobre chaval, eso solo lo podíamos saber los que estábamos imprimados. Pero de nuevo me vino a la mente Valerie, yo también la abandoné, también me olvidé de ella aquel día. Miraba a aquel chico y veía en su mirada tortuosa los ojos de Vale reflejados en los de aquel muchacho.

-¿Cómo pudiste..?.-insistió él.

-De la misma manera en que lo hiciste TÚ- decía mientras que con una mano libre señalaba en dirección a una loba de pelambre blanca.

Ella salió corriendo empapada en lagrimas, él intentó seguirla pero Anthony se puso en su camino y lo paró. Una batalla estaba a punto de librarse entre las dos manadas y los vampiros, nosotros superabamos en numero, pero no sabíamos cuan fuertes podrían ser esos lobos, ni siquiera sabíamos de donde demonios habían salido. Ellos estaban a punto de atacar y al momento siguiente pararon asombrados, parecía que Anthony había echo uso de su poder, cosa que despisto a nuestro contrincantes haciéndoles detener su ataque, aunque Armando, que es como Ale..Melissa lo había llamado justo antes de salir corriendo, salió a través del bosque en busca de Melissa.

En ese momento Sam y Carlisle encabezaron nuestro flanco, y comenzaron las negociaciones, que se extendieron demasiado, intentando hacer entender nuestro tratado con los Cullen y que ellos lo intentara llevar a cabo también. Finalmente aceptaron los términos del tratado. Y ambas manadas nos retiramos para poder averiguar eso que nos intrigaba a todos. Después de todo parecía que Embry no era el único descendiente de los Makah que adoptaba la forma lupina.

Pero en esos momentos yo no podía pensar en eso, mi cabeza andaba en otro lugar, estaba con Valerie, pensando en donde podía estar ella, y pensaba que ella podría haber ayudado mucho mas a ese muchacho, porque desgraciadamente ella había pasado lo mismo, pero eso me atormentaba aun mas. Evidentemente en forma lupina Sam escuchaba todo lo que en ese momento estaba pasando por mi mente, y me dio permiso para que me retirara durante un rato.

Corrí hacia mi casa, quería esconderme e intentar quitarme esos pensamientos de la cabeza, necesitaba como fuera que todo eso acabara, y rezaba a diario para que ocurriera un milagro y que todo ese sufrimiento que corría al rededor de nuestras familias desapareciera de una vez por todas.

Al llegar a casa me encontré a Marie, sentada en mi sofá viendo la tele. Al entrar me sonrió con su sonrisa especial, y en ese momento nada importaba mas que ella. Me senté a su lado y la abracé con fuerza, deseando que nunca nos pudiera separar, y suspirando porque ella sintiera lo mismo.

-Te quiero mi vida.-me dijo en un susurro al oído.

-Y yo a ti mas, tu vida es mi vida, sin ti yo no existiría.-nos fundimos en un cálido beso.

Podría pasar horas y horas en aquella postura, entre sus brazos cálidos, oliendo cada centímetro de su piel, y acariciando su magnifico pelo rubio. Simplemente la adoraba, y todo los pensamientos tristes se acababan cuando ella estaba cerca, aunque a veces ella los percibía.

-Yo también la echo de menos.-dijo justo antes de quedarse dormida entre mis brazos.

jueves, 6 de mayo de 2010

APORTACIONES: By Karen




Bueno se que hace mucho que no publico, pero es que mi mente anda algo bloqueada. Para que os vayais entreteniendo mientras se desbloquea, aqui os dejo la aportación de Karen. Aunque ella a veces piense cosas raras, ella ya entiende porque lo digo, nosotras la queremos muchísimo y le deseamos todo lo mejor. Ademas es una magnifica escritora, aunque ella lo quiera negar. Espero que os guste por lo menos tanto como a mi. UN BESAZOOO

Veía fijamente los libros que yacían en el suelo, como esperando que se levantaran por arte de magia, pero supongo que así tenia que terminar mi día, simplemente el broche de oro para un día horroroso, desde la ducha fría en la mañana porque se había ido la luz, hasta el examen sorpresa que me hicieron en la facultad. Joder!!! Todo estaba resultando tan mal. Con un suspiro me agache para recoger los benditos libros, unas manos acompañaron a las mías, perfecto un metiche, lo que me faltaba, pensé.


-Gracias, no hacia falta que me ayudaras, pero gracias.-murmure.


-No lo hice porque creyera que necesitabas mi ayuda, lo hice porque nunca en mi vida vi a alguien con un aspecto tan terrible, y también tuve compasión por los libros, parecía que de un momento a otro los dejarías aquí tirados.


Ok, quien se creía este imbécil para decirme que tengo un aspecto que da asco, y luego, que le importa a el lo que haga con mis libros. No cabía duda de que todo iba de picada, levante mi rostro para decirle sus cuatro verdades, que se fuera a la mismísima mierda, pero toda mi rabia se quedo atorada en mi garganta. Estaba hipnotizada, sus ojos negros eran tan únicos, y parecía que tenían un hechizo sobre mí, seguramente me veía absurda contemplando sus ojos, pero es que joder!!! Jamás había visto unos así, tan profundos, tan transparentes y tan tranquilizadores, realmente estaba llegando a envidiar a este tipo, portador de una dentadura perfecta, sus dientes eran blancos, justo como los anuncios de cremas dentales, y tenía hoyuelos en sus mejillas!!! Seguramente estoy soñando, si eso debe de ser, digo no es normal que en un día fatídico llegue un tipo y te ilumine como si fuera el sol y que además parecía no tener defectos, o por lo menos físicos, porque hasta su cuerpo estaba comestible, hay dos opciones o estoy soñando o este chico es modelo.

-Luego de cinco minutos, cobro porque me vean- me dijo sonriendo.


-Oh!-exclamé, estoy segura de que las tonalidades de mi rostro se basaban todas en la línea de los rojos- Discúlpame, no quise ser grosera-baje mi mirada y continúe recogiendo mis libros.


-No fuiste grosera, simplemente no pudiste contra mis encantos, jajajajaja; es broma, aunque talvez sea que tenga sucia la nariz o algo así, la tengo?


-N…no-tartamudee.


A este chico le deberían prohibir sonreír, y además ser simpático, demasiado bueno para ser real, demasiado lindo para existir, o por lo menos que existiera en mi vida aunque fuera fugazmente. Suspire, mientras lentamente mis pies volvían a caer en la realidad, una ráfaga de viento hizo que mi adorado cabello saliera por donde le daba la gana, las manos del chico hoyuelos perfectos, lo recogieron y lo puso detrás de mis orejas, dulcemente. Jesús cualquiera caería de rodillas con esa mirada.


-Gracias.- le dije cuando me di cuenta de que mi voz había decidido volver.


Me levante, para quedar frente a frente, ante un sueño hecho realidad, mi pulso decidió en ese instante salir disparado a quien sabe que lugar, era mucho mas alto que yo, con contextura normal, digo su cuerpo era atlético pero no demasiado musculoso, y yo apenas le llegaba a la mitad de su pecho, ok me sentí algo insignificante a su lado, por no decir que demasiado; mis ganas de llorar por todo lo que había pasado en el día se acrecentaron hasta que el nudo se estaba haciendo imposible de tragar.


-Oye, oye estas bien?-me preguntó, mientras su mano derecha levantaba mi rostro desde el mentón-¿Quieres tomar un café conmigo señorita?


-Supongo que tomar un café con un desconocido no será tan malo, o depende…


-De que depende?


-De que planees matarme o algo por el estilo…-respondí con una sonrisa en mi rostro, en realidad la primera del día…


-Bueno, desconocida de hermosos ojos, si estuviera planeando matarte, no te hubiera ayudado a recoger los libros… Justo te hubiera noqueado cuando te agachaste-respondió seriamente.


-Ok me estas dando miedo…


-Jajajajaja, bueno que dices, vamos por el café?

-Vamos….


Nos encaminamos a la cafetería que había al frente de la facultad, una vez allí, cada uno pidió un café.


-Ahora si, cuéntame, ¿porque pensabas abandonar tan vilmente a tus pobres libros?- me pregunto con una media sonrisa.


-Un muy mal día, es el culpable


-Mmmm...¿Supongo que no quieres hablar de ello?


-Supones muy bien, - dije con un suspiro - lo único que quiero es tener una especie de laguna mental que me haga olvidar el día de hoy, o por lo menos parte de el.-continúe diciendo mientras miraba sus ojos.


¿De donde mierda había salido eso? En otras palabras le dije que lo único salvable de este día era haberme topado con él. Bueno tal vez estoy exagerando un tanto, pero hoy todo es como una hipérbole constante. El maldito nudo apareció nuevamente y no pude evitar que mis ojos se llenaran de lagrimas, y que en mi nariz todo se volviera aguado, tenía muchísimas ganas de romper en llanto. Rápidamente las lágrimas que estaba tratando inútilmente de contener, corrieron libremente por mis mejillas, pequeños sollozos salían de mi pecho, solo quería sumergirme en mi desgracia. Con mucha delicadeza sus manos me atrajeron hacia su pecho, y Dios!!! Como necesitaba eso, trazaba un camino consolador en mi espalda con sus manos, solamente me dejaba llorar, no decía nada, simplemente estaba brindándome su hombro para desahogarme y de paso estropearle su camisa. Poco a poco los sollozos fueron disminuyendo haciéndome consciente de que estaba en brazos de un desconocido, que indiscutiblemente olía muy bien. Su aroma era una mezcla de lluvia con un toque de canela, él olía a hogar, pero igual no sabia ni su nombre. A duras penas logre salir del refugio que me proporcionaron sus brazos, levante mi mirada y mi corazón se detuvo, sus ojos mostraban una ternura increíble, y además me sonreían.


-Gracias-le dije con la voz ronca, mientras sorbía mi nariz, me tendió un pañuelo inmaculadamente blanco; estoy segura de que mis ojos casi estaban por salirse de sus orbitas, lo digo porque en que mundo normal un hombre de hoy en día cargaba con un pañuelo y además te lo ofrecía habiendo servilletas al alcance.


-No hay de que.-respondió mostrando sus hoyuelos, a esta altura estaba segura de que esos malditos hoyuelos serían mi perdición-De todas formas ya quería botar esta camisa.-continuo diciendo mientras me regalaba un guiño.


No pude evitar sonreír, limpie los restos de llanto que tenía en mi rostro.


-Así esta mejor, unos ojos tan hermosos no deben de esta anegados en lágrimas.


-Que adulador.-replique


-No, adulador no, simplemente sincero-respondió mientras tomaba un sorbo de su café.


-Me acabo de dar cuenta de que ni si quiera se como te llamas.- me regalo una hermosa sonrisa y lentamente se inclino hacia mí, mi boca de pronto estaba seca, y la saliva huía cada instante más mientras su rostro se acercaba al mío, mi corazón se encontraba en una maratón olímpica, bombeaba sangre a un ritmo frenético, ¿y si me besaba?, ¿que iba a hacer si me besaba? No es que no lo estuviera deseando, porque sinceramente, quería comprobar por mi misma si sus labios eran tan suaves como se veían, relamí mis labios, justo cuando creía que iba a saborear aquella boca, esta se dirigió hacia mi oído.


-Hola, ojos hermosos, yo soy Christopher, y es un placer conocerte.- tomo mi mano entre las suyas, un estremecimiento me recorrió de pies a cabeza, mordí mi labio, para tratar de controlar las sensaciones y emociones que atravesaban mi cuerpo.


-Hola Chris, yo soy Fabiana.-dije apenas audiblemente.


-Un hermoso nombre para una hermosa chica.


-¿Debo darte las gracias? ¿O debo suponer que esas palabras se las dices a todas las chicas que se cruzan en tu camino?


-Creo que un poco de ambas.-replico riendo entre dientes.


-Gracias por el café, Christopher, pero ya tengo que irme.-dije mientras me levantaba de mi asiento.


-Te acompaño, y no acepto un no por respuesta.


-No pensaba negarme a que me acompañaras.-le respondí con una autentica sonrisa en mis labios


Caminamos lentamente en un silencio amistoso hacia mi apartamento, que no se encontraba muy lejos, estaba como a dos cuadras de la facultad, por eso lo amaba tanto. Me consideraba una chica con suerte, soy de las personas que piensan que cada quien se forja su propio destino, y puedo decir con todo orgullo que el mío lo he forjado a pulso, la vida no es fácil, pero nadie aseguro que lo seria. Estaba cursando ya el ultimo semestre para sacar la maestría en relaciones publicas internacionales, mi trabajo de medio tiempo era como un regalo del cielo. Mientras recorríamos el camino, una brisa helada golpeaba nuestros rostros, para mi, resultaba refrescante, adoraba cuando el clima era así.


Una vez que llegamos a mi apartamento, mi mente y mi corazón cruzaban un debate campal. Mi lado racional gritaba porque me metiera, cerrara la puerta y decirle adiós al magnifico prototipo que estaba junto a mi, y mi corazón me rogaba que lo invitara a pasar. Mi corazón llevaba la delantera, despues de todo el me había brindado su hombro y yo estropee su camisa, aparte de que me sentía pequeña y segura junto a su lado, pero al final él tomo la iniciativa, acerco su rostro al mío y me regalo el mas dulce de los besos…


Un escalofrío recorrió mi cuerpo haciéndome consciente del lugar en el que me encontraba, el viento frío que azotaba mi cuerpo, era nada en comparado al que llenaba mi alma, los recuerdos me atormentaban nuevamente, pero venían a mi a todas horas, mi corazón sangraba cada vez que su sonrisa llenaba mi cabeza… ¿Como podría ahora vivir sin él? Sin mi luz, sin mi chico de los hoyuelos… lágrimas bañaban mis días, todo a mi alrededor era oscuro y vacío, aun estando frente a su tumba, esperando encontrarlo…


-Christopher simplemente no puedo vivir sin ti, es demasiado doloroso amor, eres mi vida, si tu no estas a mi lado nada de lo que me rodea tiene importancia.-mi voz salía acompañada de sollozos que venían de mi alma desgarrada…, abrazaba mi cuerpo tratando de controlar los temblores que me embargaban, pero era imposible, lo único que quería era llegar a donde sea que el estuviese, fundirme nuevamente en su cuerpo, disfrutar de sus caricias, de sus besos…


Flash Back


Hoy era un día especial Chris y yo cumplíamos dos años de estar juntos, estaba dispuesta a tirar la casa por la ventana, aun no creía posible su suerte, de haber encontrado a su príncipe de hoyuelos encantadores en las mejillas, definitivamente no podría pedirle más a la vida. El sonido de mi celular me saco de mis ensoñaciones.


-Sal a la calle ojos hermosos, tengo algo para ti.-dijo Chris.


Era increíble que aun después del tiempo, su voz hacia que mi corazón se embarcara en una carrera de vida o muerte. Me encamine hacia la puerta con una enorme sonrisa pintada en mis labios, Chris estaba ahí, en medio de la calle arrodillado, con una cajita negra de terciopelo en sus manos; un ruido extraño vino del otro lado de calle donde un carro venía a toda velocidad directo hacía mi príncipe…


Final Flash Back


Un grito desgarrador lleno el silencio del cementerio, el anillo que ahora se encontraba en mi dedo, me pesaba en el corazón.


-¿Porque me dejaste Chris?¿Porque no luchaste por nosotros? Tenemos que estar juntos Chris…No quiero vivir si no es contigo.- le grite al viento, le grite a la soledad, controlando un poco mi cuerpo, saque de mi bolso el arma que había comprado el día anterior, la coloque justo donde se encuentra mi corazón y sin dudar dispare…



domingo, 21 de marzo de 2010

32.- Noticias



Jessica POV



-¿Si dígame?-contesté nerviosa al teléfono.

-Hola buenas tardes, queríamos hablar con la Srta. Jessica Stanley.-respondió una voz de hombre suave y dulce.

-Si, soy yo.

-Le llamo de la organización del concurso “Conoce a Crepúsculo”. Le llamamos para darle una buena noticia.

Si eran ellos, mis nervios afloraban por cada poro de mi piel, la cara de Mandy denotaba el mismo nerviosismo que el mio. Aquel hombre había dicho que llamaba para dar una buena noticia, teníamos que haber ganado, entonces pensé en sacar mis dotes de actriz y gastarle una pequeña broma a mi amiga.

-Ajam.-respondía a cada pregunta o cosa que me decían sin el mas mínimo atisbo de emoción.

-Usted y su compañera de concurso Amanda Lewis, han sido las ganadoras de nuestro concurso.

-Si.-volví a responder intentando no emocionarme, aunque por dentro estaba deseando dar saltos de alegría.

-El premio será dos pases VIP para estar con los actores de la película Crepúsculo en el pase especial que se emitirá este sábado en el Columbia City Cinema. ¿Confirmamos su asistencia?

-Si, claro.-¿como no íbamos a confirmarla después de todo lo que habíamos hecho para conseguirlo?

-El pase será a las 16:30, aunque antes se celebrará una rueda de prensa que empezará una hora antes, por lo que las ganadoras del concurso deberéis estar en el Columbia City Cinema a las 15:00 para hacer las presentaciones de los actores y una sesión fotográfica. La dirección del cine es: 4816 Rainier Ave. S.

-Ajam.-no tenía palabras para responder a todo lo que estaba escuchando.

-Pues allí las esperamos. Enhorabuena a las dos.

-Bueno, pues muchas gracias por todo.-dije esto y colgué el teléfono.

Me giré y bajé la mirada para evitar delatarme en mi pequeña broma, notaba los sollozos de mi amiga. Me acerqué a ella lentamente, como quien va a dar una mala noticia.

-Lo siento mucho amiga.-dije sin mirarle a los ojos.

-No pasa nada Jess, otra vez será.-dijo resignándose a la perdida del concurso. Seguro que ya había pensado en otra forma de conocerlos, no se daba por vencida.

-No me entiendes Mandy, quise decir que lo sentía mucho porque este sábado no vas a poder ver a tu novio, PORQUE NOS VAMOS A SEATTLE A VER Y A CONOCER A LOS ACTORES DE CREPUSCULO!!!-dije gritando y dando saltos de la alegría.

Estuvimos un rato así, saltando y dando gritos de alegría, nuestro esfuerzo había merecido la pena, en menos de tres día por fin conoceríamos a nuestros ídolos. Mandy dio la buena noticia a sus amigas del blog y decidimos llamar a Mike y a Taylor para ir a celebrarlo.

Cuando llegamos a la heladería, que es donde habíamos decidido celebrarlo, allí estaban nuestros novios, esperándonos con los brazos abiertos. Mike me abrazó con fuerza y me besaba con muchas ganas.

-Enhorabuena Jess, al final lo habéis conseguido.-me dijo mientras me daba vueltas.

-Gracias Mike, estoy super emocionadisima. Nuestro sueño hecho realidad. Son todos tan guapos y tan buenos. No se si seré capaz de estar delante de ellos y no desmayarme. Es increíble, ¿verdad Mandy?

-Claro que si Jess, pero sabes que Taylor no supera a ninguno.-dijo esto guiñándome un ojo y yo capté el doble sentido de su respuesta. Su novio pensaba que se refería a el pero realmente se refería al actor que encarnaba a Lex.

-De eso no cabe duda.-le seguí la corriente.

-A ver si al final me voy a tener que poner celoso de alguno de esos actores de pacotilla.-dijo Mike un tanto molesto.

-Sabes que ninguno se podrá poner por encima de ti Mike Newton, sabes que te adoro y que nada ni nadie se podrá interponer entre nosotros.-lo besé y abracé.

Paseamos mientras nos comíamos nuestros helados, Mandy y yo no parábamos de hacer planes de lo que nos íbamos a poner el sábado para el gran acontecimiento, debíamos buscar un super modelo para dejar boquiabiertos a todos los asistentes al evento. Íbamos a estar al lado de chicas guapísimas como Nikki Reed, Kristen Stewart, Michelle Greene y Anna Kendrick, así que debíamos estar a la altura.

Después del paseo de parejas, Mandy y Taylor se fueron a casa, pero Mike y yo nos quedamos en nuestro parque un rato mas. Observamos el atardecer abrazados, sentados en nuestro banco y mirándonos a los ojos sin pronunciar palabra. Cuando empezó a anochecer llevé a Mike a su casa por que el había ido en el coche de Taylor.

Cuando llegamos a su casa, comenzó nuestra despedida, y como siempre nos despedíamos con muy pocas ganas, nuestros besos de despedida se hacían cada vez mas largos y mas intensos.

-Debes irte ya.-me dijo al oído.

-Lo se, pero a veces desearía no tener que separarme nunca de ti.-le contesté.

-A mi me pasa lo mismo. Pero piensa que llegará el día en que no tengamos que separarnos nunca mas.-dijo esto mientras salía del coche.

-Hasta mañana cariño.-le dije.

-Hasta mañana mi amor.-me contestó.

Lo vi de entrar en su casa y conduje hasta la mía. Cuando llegué mi madre estaba en la cocina preparando la cena como hacía habitualmente.

-Jess, ha llamado el jefe Swan. Me dijo que tenía que decirte algo, que lo llamaras en cuanto llegaras.

-¿Te dijo que es lo que quería decirme?

-No, solo que lo llamaras, aunque se le notaba un tanto serio. ¿No te habrás metido en ningún problema verdad?

-No mamá, es solo que me dijo que en cuanto tuviera noticias de como estaba Bella me llamaría. Voy a llamarlo a ver que me dice.

Cogí el teléfono y marqué rápidamente el número de casa de los Swan.

-Residencia de los Swan, dígame.-contestó el Sr. Swan.

-Sr. Swan, soy Jessica Stanley, me dijo mi madre que había llamado. ¿Que deseaba?

-Hola Jessica, verás es que quería decirte que Bella ha sufrido un pequeño percance.

-Oh dios, ¿qué le ha ocurrido?-pregunté asustada.

-Resulta que Edward y el Dr. Cullen fueron a Phoenix a intentar convencerla de que volviera a Forks, y cuando llegaba al hotel donde habían quedado, ella cayó por las escaleras y atravesó un cristal.

-Pero...¿esta bien?¿Le ha pasado algo grave?

-No tranquila, ella está bien, dentro de lo que cabe. Se ha roto una pierna, y tiene varias magulladuras, pero esta bien, gracias a dios, aunque se quedará ingresada en el Arizona State Hospital unos días para estar bajo supervisión medica. Me has pillado que iba a salir camino del aeropuerto.

-Bueno Sr. Swan, gracias por informarme, mañana la llamaré en cuanto salga de clase, porque ahora es un poco tarde. Pero aun así dele recuerdos de mi parte, y que le deseo que se mejore cuanto antes, y que vuelva pronto.

-Muchas gracias Jessica, yo le daré los saludos y buenos deseos de tu parte. Hasta pronto.

-Hasta pronto, Sr. Swan.

Me quedé un poco aturdida después de la noticia. Se lo conté a mi madre y subí corriendo a mi habitación para llamar a Angela para contárselo. Ella se preocupó bastante y dijo que la llamaría en ese momento, aunque la convencí de que era tarde y que debíamos esperar al día siguiente, porque Bella necesitaría descansar, quedamos en llamarla en la hora del almuerzo.

Le dije a mi madre que no me apetecía cenar, entre el helado y la mala noticia que me acababan de dar se me había cerrado el estómago. Me puse con el ordenador y estuve un rato hablando con mis amigas y recordé la buena noticia que nos habían dado por la tarde, entonces eso me animó bastante aunque seguía preocupada por Bella.

Me duché, me puse el pijama y me fui pronto para cama, tantas emociones me habían agotado en exceso, así que morfeo me llamó pronto a sus brazos, y dormí placidamente.



jueves, 18 de marzo de 2010

31.- El Veredicto




Mandy POV



El miércoles me desperté mas temprano de lo habitual, realmente creo que no había dormido apenas. Me había pasado la noche entera pensando en la decisión que se tomaría esa misma tarde, era el día en el que terminaba el concurso que terminaría de cambiar mi vida por completo. El concurso que cumpliría mis sueños, conocer a las personas que encarnaban aquellos personajes que habían hecho que mi vida tomara un nuevo rumbo, gracias a esos personajes, y a su creadora Stephenie Meyer, había conocido un nuevo mundo. Habían hecho que volviera mi pasión por la lectura, y también por la escritura. Gracias a ellos había hecho amigas, las cuales a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, era como si las tuviera a mi lado día a día.

Lo primero que hice al despertarme fue mirar el ordenador a ver que tal iban las votaciones. Cuando terminó de cargarse aquella pagina una lagrima salio de mis ojos, íbamos cinco votos abajo en el ranking, no me lo podía creer, tanto tiempo esperando aquel día y todo se había fastidiado. Pero si algo me caracterizaba era el optimismo y la perseverancia. Vi como se conectaba Jessica, supuse que estaría mirando la página del concurso y que se habría sentido igual de apesadumbrada que yo, así que abrí una conversación para darle ánimos.

Ella era mas pesimista que yo sobre el resultado del concurso, pero yo algo tenía claro y era que aun quedaban diez horas para que aquel concurso, y teníamos que luchar hasta el final. Me despedí pronto de ella porque si no se me haría tarde como siempre, le dije que ya hablaríamos en clase de trigonometría. Me metí en la ducha cavilando sobre como tendría que hacer para conseguir ganar el concurso. Salí del baño y hablé con mi hermana pequeña Iria para recordarle que le tenía que decir a todos y cada uno de sus amigos que me tenían que votar.

-Si hermana.-me decía en tono desesperado-Ya se lo dije a todos.

-Pues tu se lo vuelves a recordar hoy en clase, que cuando lleguen a casa que tienen tiempo para votar. ¿Lo harás?

-Siii hermanaaaa.-contestó.

Sabía que aunque contestara en ese tono, ella estaba muy emocionada con el concurso, me apoyaba siempre en todo lo que supusiera hacerme feliz, y por supuesto yo siempre haría lo mismo por ella. Como aquella vez que estuvimos desde las ocho de la mañana haciendo cola para ir al concierto de Estopa, su grupo favorito, para que ella pudiera verlo desde la primera fila, o como cuando tuve que convencer a mi jefe de que me dejara salir un rato antes del trabajo para poder ir a ver con ella el estreno de High School Musical 3, una de sus películas favoritas. En fin, Iria era mi hermana favorita.

Desayunamos y nos fuimos al instituto, por el camino íbamos cantando en alto como siempre, a las dos nos encantaba hacer el payaso cuando íbamos en el coche, y en ocasiones la gente nos miraba raro, pero eramos felices siendo así. Recogimos a las Claudias y a Inma, las mejores amigas de mi hermana, yo era la taxista de las niñas, y aproveché para recordarles lo que debían hacer, decirle a todos sus compañeros que me votaran. Al igual que mi hermana ellas asintieron con todo cansado, pero sabía que lo harían, eran mis niñas.

La mañana fue demasiado larga para mi, las horas se me hacían eternas pensando en la decisión que se tomaría a las cinco en punto de la tarde.

En clase de trigonometría, como habíamos quedado, me encontré con Jess, y quedamos en que después de clases iríamos a mi casa para esperar juntas el veredicto. Parecíamos dos niñas pequeñas esperando el día de reyes, y es que para ambas sería el mejor regalo que nos podrían hacer si conseguíamos ganar aquel concurso.

En la hora del almuerzo llamé a Taylor, mi novio, no el actor por el que babeaba cada día, y le dije que no podríamos quedar esa tarde porque Jessica vendría a casa para lo del concurso, el me dio ánimos y me dijo que no me preocupara, que ya nos veríamos al día siguiente, él siempre me apoyaba en todo lo que me proponía, había tenido suerte al encontrarlo.

Cuando salimos de clase, me encontré con Jessica y con las niñas en los aparcamientos, cogimos nuestros coches y nos fuimos todas para mi casa, mi madre ya estaba acostumbrada a que se formaran esas reuniones inesperadas en mi casa, sobre todo porque las amigas de mi hermana eran prácticamente como si fueran hijas suyas también, a la mayoría literalmente las había visto de nacer, dado que ella era matrona y conocía a sus madres de toda la vida.

Preparamos la merienda, hicimos unos sandwiches de tomate y mayonesa, mi especialidad desde que de pequeña experimentaba con mis amigas cuando mis padres estaban trabajando. Le recordaba una y otra vez a Iria y a sus amigas que debían Mi hermana mayor protestaba por el jaleo que estábamos montando pero al final se acabó dando por vencida.

Eran las cuatro y media de la tarde, aun quedaban treinta minutos para que acabaran las votaciones, así que nos subimos a mi cuarto para intentar relajarnos. Le mostré a Jessica todas las cosas que tenía de La Saga, todos mis posters de Taylor Lautner, el cofre donde guardaba las réplicas de las joyas que aparecían en la saga, el colgante de Ashley, la pulsera de Lizzie, el brazalete de con el escudo de la familia de Jack... Ella alucinaba con todas aquellas cosas.

-Solo te falta un muñeco hinchable tamaño natural de Taylor Lautner.-comentó entre risas, y ambas nos carcajeamos.

-Yo tengo a mi propio Taylor.-reíamos sin parar, pero era una risa nerviosa-Pero aun así mira.

Aparté un biombo que separaba la habitación en dos y le mostré lo que allí había. Era una figura de cartón que se sostenía de pie, tamaño natural de Lex, y ella reía cada vez mas. Intentamos por un momento dejar de pensar en el concurso hablando de cosas del instituto, pero cada vez que miraba el reloj me parecía que las manillas iban mas lentas. A las cinco en punto de la tarde actualizamos la página del concurso cogiéndonos de las manos, para recibir la noticia. Nos encontramos con un cartel que decía:



LAS VOTACIONES HAN CONCLUÍDO, EN BREVE LA ORGANIZACIÓN SE PONDRÁ EN CONTACTO CON LOS FINALISTAS PARA COMUNICARLES EL VEREDICTO, EN POSITIVO O EN NEGATIVO, A TRAVÉS DEL NUMERO INDICADO EN LA FICHA DE INSCRIPCIÓN AL CONCURSO.



El corazón se me iba a salir del pecho, ya no había vuelta atrás, la decisión estaba tomada y solo nos quedaba esperar. En ese momento entró mi hermana sin llamar a la puerta, lo que me hizo brincar de mi asiento y que los sentimientos afloraran y una lagrima se me saltara.

Y entonces el teléfono de Jessica sonó.

-Es un número desconocido.-me dijo mi amiga sosteniendo el móvil con la mano temblorosa.

-¿A que esperas? Cógelo.-dijo mi hermana, porque yo en ese momento era incapaz de pronunciar palabra alguna.

-¿Si dígame?-contesto con voz temblorosa, hizo una pausa y prosiguió-Si, soy yo.

Solo alcancé a escuchar un par de “ajam”, “Si claro”, “por supuesto” y poco mas. La expresión de Jessica era totalmente inescrutable, se la veía un tanto preocupada o quizás desilusionada. Mil cosas se me pasaron por la cabeza, quería que colgara el teléfono y me dijera lo que había pasado. Me daba igual que el veredicto fuera positivo o negativo, siempre había tenido un buen perder, lo único que quería era quitarme este sin vivir que tenía por la incertidumbre. La miraba atentamente intentando averiguar algo.

-Bueno, pues muchas gracias por todo.-dijo esto y colgó el teléfono.

Bajó el rostro, como si evitara mirarme a los ojos, como cuando tienes que dar una mala noticia. Miles de pensamientos vinieron en ese momento a mi mente, entre otros pensaba otra forma de poder conocer a mis ídolos, no me daría por vencida, habíamos perdido una batalla, pero la guerra no estaba perdida ni mucho menos.

-Lo siento mucho amiga.-dijo sin mirarme a los ojos y un par de lágrimas cayeron por mis mejillas.

-No pasa nada Jess, otra vez será.

-No me entiendes Mandy, quise decir que lo sentía mucho porque este sábado no vas a poder ver a tu novio, PORQUE NOS VAMOS A SEATTLE A VER Y A CONOCER A LOS ACTORES DE CREPUSCULO!!!-dijo gritando y dando saltos.

Nos abrazábamos y gritábamos al compás, lo habíamos conseguido, en menos de tres días estaríamos junto a los actores que mas pasiones levantaban en el momento, finalmente iba a ir el casting completo. No me lo terminaba de creer, mi sueño estaba cada vez un poquito mas cerca de ser cumplido. Me acordé de mis amigas del blog y enseguida pensé en que tenía que darles la buena noticia, y cuando Jess y yo pudimos calmarnos medianamente lo hice. Ellas se pusieron muy contentas, me mandaron que le diera saludos a todos y cada uno de ellos. Cit me mandó recuerdos para Jason (Jackson Rathbone) y Ashley (Michelle Greene), Annie me los mandó para Eric (Kellan Lutz), Karen para Jack (Robert Pattinson) al igual que Elis y Mapita, y Patty me los mando para Charles (Peter Facinelli), su papacito como ella lo llamaba.

Jessica y yo decidimos ir a celebrarlo tomándonos un helado gigante en el Kalua, la heladería del pueblo, así que llamamos a nuestros respectivos novios y quedamos con ellos en la heladería.



miércoles, 17 de marzo de 2010

30.- La Espera




Siento mucho haberme retrasado en la vuelta a mi historia, pero es que he andado un poco estresada en estos días. Espero que la espera merezca la pena. Un besazo a tod@s. Os quiero




Cuando me levanté, me duché, desayuné y me fui al instituto deseando ver a Mike, ya que el día anterior no había disfrutado de él. Habíamos acordado vernos pronto en las mesas de detrás de la cafetería para poder charlar tranquilamente. Le estuve comentando el porque de mi preocupación el día anterior, sumado a lo que ya le había contado en el mensaje de la noche anterior y le conté lo que me había contado el jefe Swan.

El resto de la mañana transcurrió de forma tranquila, las clases fueron igual de aburridas que siempre, entregué todos los deberes que me habían mandado hacer el día anterior y me mandaron un montón más. Solo hubo algo en la mañana que seguía haciéndome sentir rara, y era que ninguno de los Cullen había asistido aquel día a clase tampoco, pero pensé que como hacía buen tiempo estos días que estaría de excursión con el doctor y su esposa.

A la salida Mike me esperaba apoyado en mi coche y estuvimos hablando otro rato, y me hizo una propuesta.

-¿Qué te parece si esta tarde nos despejamos un ratito y nos vamos a nuestro parque?-me dijo con su sonrisa habitual en los labios.

-Pues no se.-dude por un momento-Tengo muchos deberes que hacer, y debo estudiar para el examen del jueves.

-Debes despejarte un poco Jess, ademas desde que te dejé en casa después del baile no hemos tenido un momento para estar totalmente a solas.-me dio un abrazo mientras me decía esto-Te echo de menos mi vida.

-De acuerdo.-accedí, realmente tenía ganas de estar a solas con el-Pero nos vamos ya y volvemos a tiempo para que pueda hacer los deberes.

-Trato hecho.

Me siguió en el coche hasta mi casa donde dejé la mochila y la cambié por el bolso. Dimos un largo paseo, hablamos largo y tendido de todo un poco, recordamos nuestra noche del baile, y me dijo que teníamos que repetirlo. Hacía muy buena tarde y fuimos a por un helado que nos comimos de camino al coche. Cuando llegamos a mi casa paró el coche y me cogió la mano.

-¿De verdad tienes que irte?-me dijo mirándome a los ojos.

-Es que tengo que hacer deberes.-le dije apenada.

-Yo también, y la verdad es que me vendría muy bien la ayuda de alguien inteligente como tu.

-Mike...-dije pensando su propuesta-Bueno, esta bien, pero en el momento que empieces a distraerme te marchas a tu casa. ¿Entendido?

-Esta bien. Prometo portarme bien.

Entramos en casa y avisé a mi madre de que Mike y yo estaríamos en la cocina haciendo deberes. Hice mi tarea y ayude a Mike a hacer la suya, que realmente le hacía falta mi ayuda, sobre todo en trigonometría, que andaba un tanto despistado. Fue sorprendente pero conseguimos terminar los deberes sin casi ninguna interrupción, solo un par de besos que Mike me robaba mientras estaba despistada buscando algo en un libro.

Subí a por mi ordenador mientras Mike se sentaba en el salón, mis padres habían salido a comprar. Estuvimos buscando en Internet información para un trabajo que teníamos que entregar la semana siguiente. Aproveché para mirar que tal iba el concurso, estaba publicado el ranking de los tres finalistas del concurso, y estábamos empatadas con otra en primer lugar.

-Mañana a estas horas ya sabremos si ganamos o no!!-grité emocionada abrazando a Mike.

-Me alegro mucho por ti Jess.-dijo acariciándome el pelo y aprovechó esa caricia para acercarse a mi y besarme con delicadeza, pero con cierta pasión.

Cada vez nuestros besos se hacían mas apasionados, la relación iba viento en popa y yo cada día amaba mas a Mike. Nos quedamos un rato mas viendo la televisión en el salón hasta que llegaron mis padres, mi madre invitó a Mike a cenar.

-Me encantaría señora Stanley, pero debo regresar a casa, mis padres me esperan para cenar. Pero cualquier otro día estaría encantado de aceptar su invitación.-contestó él ante la invitación de mi madre.

Lo acompañé hasta el coche y nos dijimos adiós con pocas ganas de despedirnos. Me quedé en el porche esperando que su coche doblara la esquina. Recogí todos los libros y cosas que habíamos dejado por medio y las llevé a mi habitación. Mientras mi madre preparaba la cena yo subí a pegarme una ducha relajante, me coloqué el pijama y bajé a cenar. Durante la cena mi madre me estuvo haciendo el interrogatorio pertinente sobre como iba mi relación con Mike, tema que sobre el que mi padre evitaba escuchar.

Cuando terminamos de cenar ayude a mi madre a recoger la cocina y subí a mi habitación, me tumbé boca arriba en la cama, pensando en nada y en muchas cosas a la vez. La música siempre me ayudaba a relajarme, no estaba nerviosa por nada en concreto, pero necesitaba relax, así que me coloqué los auriculares de mi I-Pod y cerré los ojos para concentrarme.

Cuando me desperté por la mañana aun llevaba los auriculares puestos, no se si me dormí antes o después de que al reproductor se le acabara la batería, lo que si tenía claro es que me había despertado mas descansada que hacía mucho tiempo.

Era el gran día, a las cinco de la tarde se cerraban las votaciones para el concurso que cambiaría mi vida si llegaba a ganarlo. Cogí el portátil que me lo había dejado encendido la noche anterior, Mandy estaba conectada, supongo que tendría la misma impaciencia que yo. Miré la página de las votaciones y lo que vi me entristeció sumamente, íbamos cinco votos abajo. Mientras le daba vueltas a lo que acababa de ver me saltó una ventana de conversación.

Mandy dice: Buenos días Jess, ¿estas despierta ya?

Jess dice: Si Mandy, aquí ando, pero algo decaída.

Mandy dice: Si, ¿ya viste las votaciones?

Jess dice: Si, no me lo puedo creer, con todo lo que nos lo hemos trabajado, y a última hora todo se va a ir al traste.

Mandy dice: No te adelantes amiga, aun quedan diez horas para que acaben las votaciones, tenemos una última oportunidad.

Jess dice: No se no se.

Mandy dice: Tu verás que si. Bueno, te dejo que me tengo que duchar y arreglarme para ir a clase. Nos vemos en trigonometría.

Jess dice: Bueno, allí nos veremos.

Me encantaba el optimismo de mi compañera, yo sabía que si a mi me emocionaba la posibilidad de ganar aquel concurso, a ella le emocionaba tres veces mas. Yo sabía que a ella le había cambiado de forma radical la existencia el haber descubierto la saga, era mucho mas feliz desde entonces. Era la mejor compañía para asistir a aquel encuentro en caso de que lográramos alzarnos con la victoria.

Apagué el ordenador y me arreglé sin dejar de pensar en ningún momento en la decisión que se terminaría por tomar nueve horas y media después.

La mañana en clases fue normal, en case de trigonometría quedé con Mandy que iríamos a su casa después de clase para recibir la noticia juntas. Un cosquilleo se posaba en la boca de mi estómago durante toda la mañana. Durante la hora del almuerzo hablé con Mike, le conté como andaban las votaciones y el me animó, dándome un enorme beso de amor.

Cuando terminaron las clases seguí a Mandy hasta su casa. Una vez allí, llamé a mi madre para avisarle que me quedaría en casa de mi amiga a hacer los deberes, o al menos eso le dije, porque dudaba mucho que con los nervios a flor de piel como los teníamos, atináramos a hacer algún ejercicio a derechas.

Preparamos algo de merienda para nosotras y para los hermanos de Mandy. La pequeña era la que mas nos apoyaba en nuestra candidatura, había hecho a toda su clase del instituto votarnos en el concurso. A las cuatro y media de la tarde Mandy y yo no podíamos mas, mirábamos constantemente los resultados de las votaciones, íbamos empatadas con la otra finalista. De pronto actualizamos la pagina y nos encontramos con un cartel que indicaba que en breve la organización se pondría en contacto con las concursantes finalistas para comunicarles el veredicto a través del numero de contacto que habíamos indicado en la inscripción al concurso, ese número era el mío.

Nos subimos a su habitación, era un homenaje a La Saga Crepúsculo, tenía un millón de posters colgados en las paredes de los protagonistas, pero del que mas abundaba era de Taylor Lautner, que hacía de Lex en las películas. Me enseñó todos y cada uno de los objetos que había comprado de los personajes, tenía desde el colgante que llevaba Ashley de la familia hasta un puzzle de mil piezas de Lex, pasando por la pulsera que le regala Lex a Lizzie para demostrarle su amor. En definitiva era todo un santuario a La Saga y sus personajes, no le faltaba ningún detalle.

Intentamos distraernos hablando de cosas del instituto pero surtió poco efecto, en seguida volvíamos a comentar cosas sobre nuestro hobbie en comun. Las agujas del reloj parecían no moverse ni un ápice, aquellos treinta minutos fueron los mas eternos de mi existencia. Los nervios me hacían comerme las uñas y a Mandy se la veía extremadamente nerviosa, cosa que se notó cuando su hermana entró a la habitación y ella saltó de la cama como quien hubiera oído a un fantasma, se le habían saltado hasta las lagrimas. Dieron las cinco en punto de la tarde, la decisión ya estaba tomada, ahora solo nos quedaba esperar la llamada de la organización para que nos dieran la noticia, ya fuera positiva o negativa.

Entonces mi teléfono comenzó a sonar.