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Os doy la bienvenida a mi blog, realmente no se lo q saldra de el, pero espero que os guste y que poco a poco vallamos entre tod@s ampliandolo un poquito. Espero que si quereis me hagais sugerencias, e incluso si quereis publicar algo solo teneis que pedirmelo, que yo con gusto lo haré. Ante todo quiero darle las gracias Citlally, de Deja Vu Inmortal, que me ha animado a crear este blog y espero no decepcionarla. Tambien mencionar a V@!eRiE que a pesar de su corta edad tiene un gran corazón y me ha inspirado en hacer este blog. Un beso a vosotras y a todas las creadoras de estos blogs que tanto me alegran el alma. GRACIAS

jueves, 6 de mayo de 2010

APORTACIONES: By Karen




Bueno se que hace mucho que no publico, pero es que mi mente anda algo bloqueada. Para que os vayais entreteniendo mientras se desbloquea, aqui os dejo la aportación de Karen. Aunque ella a veces piense cosas raras, ella ya entiende porque lo digo, nosotras la queremos muchísimo y le deseamos todo lo mejor. Ademas es una magnifica escritora, aunque ella lo quiera negar. Espero que os guste por lo menos tanto como a mi. UN BESAZOOO

Veía fijamente los libros que yacían en el suelo, como esperando que se levantaran por arte de magia, pero supongo que así tenia que terminar mi día, simplemente el broche de oro para un día horroroso, desde la ducha fría en la mañana porque se había ido la luz, hasta el examen sorpresa que me hicieron en la facultad. Joder!!! Todo estaba resultando tan mal. Con un suspiro me agache para recoger los benditos libros, unas manos acompañaron a las mías, perfecto un metiche, lo que me faltaba, pensé.


-Gracias, no hacia falta que me ayudaras, pero gracias.-murmure.


-No lo hice porque creyera que necesitabas mi ayuda, lo hice porque nunca en mi vida vi a alguien con un aspecto tan terrible, y también tuve compasión por los libros, parecía que de un momento a otro los dejarías aquí tirados.


Ok, quien se creía este imbécil para decirme que tengo un aspecto que da asco, y luego, que le importa a el lo que haga con mis libros. No cabía duda de que todo iba de picada, levante mi rostro para decirle sus cuatro verdades, que se fuera a la mismísima mierda, pero toda mi rabia se quedo atorada en mi garganta. Estaba hipnotizada, sus ojos negros eran tan únicos, y parecía que tenían un hechizo sobre mí, seguramente me veía absurda contemplando sus ojos, pero es que joder!!! Jamás había visto unos así, tan profundos, tan transparentes y tan tranquilizadores, realmente estaba llegando a envidiar a este tipo, portador de una dentadura perfecta, sus dientes eran blancos, justo como los anuncios de cremas dentales, y tenía hoyuelos en sus mejillas!!! Seguramente estoy soñando, si eso debe de ser, digo no es normal que en un día fatídico llegue un tipo y te ilumine como si fuera el sol y que además parecía no tener defectos, o por lo menos físicos, porque hasta su cuerpo estaba comestible, hay dos opciones o estoy soñando o este chico es modelo.

-Luego de cinco minutos, cobro porque me vean- me dijo sonriendo.


-Oh!-exclamé, estoy segura de que las tonalidades de mi rostro se basaban todas en la línea de los rojos- Discúlpame, no quise ser grosera-baje mi mirada y continúe recogiendo mis libros.


-No fuiste grosera, simplemente no pudiste contra mis encantos, jajajajaja; es broma, aunque talvez sea que tenga sucia la nariz o algo así, la tengo?


-N…no-tartamudee.


A este chico le deberían prohibir sonreír, y además ser simpático, demasiado bueno para ser real, demasiado lindo para existir, o por lo menos que existiera en mi vida aunque fuera fugazmente. Suspire, mientras lentamente mis pies volvían a caer en la realidad, una ráfaga de viento hizo que mi adorado cabello saliera por donde le daba la gana, las manos del chico hoyuelos perfectos, lo recogieron y lo puso detrás de mis orejas, dulcemente. Jesús cualquiera caería de rodillas con esa mirada.


-Gracias.- le dije cuando me di cuenta de que mi voz había decidido volver.


Me levante, para quedar frente a frente, ante un sueño hecho realidad, mi pulso decidió en ese instante salir disparado a quien sabe que lugar, era mucho mas alto que yo, con contextura normal, digo su cuerpo era atlético pero no demasiado musculoso, y yo apenas le llegaba a la mitad de su pecho, ok me sentí algo insignificante a su lado, por no decir que demasiado; mis ganas de llorar por todo lo que había pasado en el día se acrecentaron hasta que el nudo se estaba haciendo imposible de tragar.


-Oye, oye estas bien?-me preguntó, mientras su mano derecha levantaba mi rostro desde el mentón-¿Quieres tomar un café conmigo señorita?


-Supongo que tomar un café con un desconocido no será tan malo, o depende…


-De que depende?


-De que planees matarme o algo por el estilo…-respondí con una sonrisa en mi rostro, en realidad la primera del día…


-Bueno, desconocida de hermosos ojos, si estuviera planeando matarte, no te hubiera ayudado a recoger los libros… Justo te hubiera noqueado cuando te agachaste-respondió seriamente.


-Ok me estas dando miedo…


-Jajajajaja, bueno que dices, vamos por el café?

-Vamos….


Nos encaminamos a la cafetería que había al frente de la facultad, una vez allí, cada uno pidió un café.


-Ahora si, cuéntame, ¿porque pensabas abandonar tan vilmente a tus pobres libros?- me pregunto con una media sonrisa.


-Un muy mal día, es el culpable


-Mmmm...¿Supongo que no quieres hablar de ello?


-Supones muy bien, - dije con un suspiro - lo único que quiero es tener una especie de laguna mental que me haga olvidar el día de hoy, o por lo menos parte de el.-continúe diciendo mientras miraba sus ojos.


¿De donde mierda había salido eso? En otras palabras le dije que lo único salvable de este día era haberme topado con él. Bueno tal vez estoy exagerando un tanto, pero hoy todo es como una hipérbole constante. El maldito nudo apareció nuevamente y no pude evitar que mis ojos se llenaran de lagrimas, y que en mi nariz todo se volviera aguado, tenía muchísimas ganas de romper en llanto. Rápidamente las lágrimas que estaba tratando inútilmente de contener, corrieron libremente por mis mejillas, pequeños sollozos salían de mi pecho, solo quería sumergirme en mi desgracia. Con mucha delicadeza sus manos me atrajeron hacia su pecho, y Dios!!! Como necesitaba eso, trazaba un camino consolador en mi espalda con sus manos, solamente me dejaba llorar, no decía nada, simplemente estaba brindándome su hombro para desahogarme y de paso estropearle su camisa. Poco a poco los sollozos fueron disminuyendo haciéndome consciente de que estaba en brazos de un desconocido, que indiscutiblemente olía muy bien. Su aroma era una mezcla de lluvia con un toque de canela, él olía a hogar, pero igual no sabia ni su nombre. A duras penas logre salir del refugio que me proporcionaron sus brazos, levante mi mirada y mi corazón se detuvo, sus ojos mostraban una ternura increíble, y además me sonreían.


-Gracias-le dije con la voz ronca, mientras sorbía mi nariz, me tendió un pañuelo inmaculadamente blanco; estoy segura de que mis ojos casi estaban por salirse de sus orbitas, lo digo porque en que mundo normal un hombre de hoy en día cargaba con un pañuelo y además te lo ofrecía habiendo servilletas al alcance.


-No hay de que.-respondió mostrando sus hoyuelos, a esta altura estaba segura de que esos malditos hoyuelos serían mi perdición-De todas formas ya quería botar esta camisa.-continuo diciendo mientras me regalaba un guiño.


No pude evitar sonreír, limpie los restos de llanto que tenía en mi rostro.


-Así esta mejor, unos ojos tan hermosos no deben de esta anegados en lágrimas.


-Que adulador.-replique


-No, adulador no, simplemente sincero-respondió mientras tomaba un sorbo de su café.


-Me acabo de dar cuenta de que ni si quiera se como te llamas.- me regalo una hermosa sonrisa y lentamente se inclino hacia mí, mi boca de pronto estaba seca, y la saliva huía cada instante más mientras su rostro se acercaba al mío, mi corazón se encontraba en una maratón olímpica, bombeaba sangre a un ritmo frenético, ¿y si me besaba?, ¿que iba a hacer si me besaba? No es que no lo estuviera deseando, porque sinceramente, quería comprobar por mi misma si sus labios eran tan suaves como se veían, relamí mis labios, justo cuando creía que iba a saborear aquella boca, esta se dirigió hacia mi oído.


-Hola, ojos hermosos, yo soy Christopher, y es un placer conocerte.- tomo mi mano entre las suyas, un estremecimiento me recorrió de pies a cabeza, mordí mi labio, para tratar de controlar las sensaciones y emociones que atravesaban mi cuerpo.


-Hola Chris, yo soy Fabiana.-dije apenas audiblemente.


-Un hermoso nombre para una hermosa chica.


-¿Debo darte las gracias? ¿O debo suponer que esas palabras se las dices a todas las chicas que se cruzan en tu camino?


-Creo que un poco de ambas.-replico riendo entre dientes.


-Gracias por el café, Christopher, pero ya tengo que irme.-dije mientras me levantaba de mi asiento.


-Te acompaño, y no acepto un no por respuesta.


-No pensaba negarme a que me acompañaras.-le respondí con una autentica sonrisa en mis labios


Caminamos lentamente en un silencio amistoso hacia mi apartamento, que no se encontraba muy lejos, estaba como a dos cuadras de la facultad, por eso lo amaba tanto. Me consideraba una chica con suerte, soy de las personas que piensan que cada quien se forja su propio destino, y puedo decir con todo orgullo que el mío lo he forjado a pulso, la vida no es fácil, pero nadie aseguro que lo seria. Estaba cursando ya el ultimo semestre para sacar la maestría en relaciones publicas internacionales, mi trabajo de medio tiempo era como un regalo del cielo. Mientras recorríamos el camino, una brisa helada golpeaba nuestros rostros, para mi, resultaba refrescante, adoraba cuando el clima era así.


Una vez que llegamos a mi apartamento, mi mente y mi corazón cruzaban un debate campal. Mi lado racional gritaba porque me metiera, cerrara la puerta y decirle adiós al magnifico prototipo que estaba junto a mi, y mi corazón me rogaba que lo invitara a pasar. Mi corazón llevaba la delantera, despues de todo el me había brindado su hombro y yo estropee su camisa, aparte de que me sentía pequeña y segura junto a su lado, pero al final él tomo la iniciativa, acerco su rostro al mío y me regalo el mas dulce de los besos…


Un escalofrío recorrió mi cuerpo haciéndome consciente del lugar en el que me encontraba, el viento frío que azotaba mi cuerpo, era nada en comparado al que llenaba mi alma, los recuerdos me atormentaban nuevamente, pero venían a mi a todas horas, mi corazón sangraba cada vez que su sonrisa llenaba mi cabeza… ¿Como podría ahora vivir sin él? Sin mi luz, sin mi chico de los hoyuelos… lágrimas bañaban mis días, todo a mi alrededor era oscuro y vacío, aun estando frente a su tumba, esperando encontrarlo…


-Christopher simplemente no puedo vivir sin ti, es demasiado doloroso amor, eres mi vida, si tu no estas a mi lado nada de lo que me rodea tiene importancia.-mi voz salía acompañada de sollozos que venían de mi alma desgarrada…, abrazaba mi cuerpo tratando de controlar los temblores que me embargaban, pero era imposible, lo único que quería era llegar a donde sea que el estuviese, fundirme nuevamente en su cuerpo, disfrutar de sus caricias, de sus besos…


Flash Back


Hoy era un día especial Chris y yo cumplíamos dos años de estar juntos, estaba dispuesta a tirar la casa por la ventana, aun no creía posible su suerte, de haber encontrado a su príncipe de hoyuelos encantadores en las mejillas, definitivamente no podría pedirle más a la vida. El sonido de mi celular me saco de mis ensoñaciones.


-Sal a la calle ojos hermosos, tengo algo para ti.-dijo Chris.


Era increíble que aun después del tiempo, su voz hacia que mi corazón se embarcara en una carrera de vida o muerte. Me encamine hacia la puerta con una enorme sonrisa pintada en mis labios, Chris estaba ahí, en medio de la calle arrodillado, con una cajita negra de terciopelo en sus manos; un ruido extraño vino del otro lado de calle donde un carro venía a toda velocidad directo hacía mi príncipe…


Final Flash Back


Un grito desgarrador lleno el silencio del cementerio, el anillo que ahora se encontraba en mi dedo, me pesaba en el corazón.


-¿Porque me dejaste Chris?¿Porque no luchaste por nosotros? Tenemos que estar juntos Chris…No quiero vivir si no es contigo.- le grite al viento, le grite a la soledad, controlando un poco mi cuerpo, saque de mi bolso el arma que había comprado el día anterior, la coloque justo donde se encuentra mi corazón y sin dudar dispare…