APORTACIONES: By CITLALLY

Implosión

Mi historia no tiene un final feliz, por que aún no ha terminado; en mi vida aún no ha hay punto final, faltan aún muchas cosas por decir. Mi niñez estuvo llena de altas y bajas, con mi madre llorando todo el tiempo un padre que pasaba más del ochenta porciento de su tiempo ausente, en parte por su trabajo, y en parte por sus aventuras. Poco entendía yo de eso, pero sabía lo suficiente para obligarme a madurar, y evitarle problemas a mi muy abatida madre; mi infancia fue silenciosa, con buenos momentos y malos también, añorando y soñando siempre con un mejor mañana, lleno de sueños, que en ocasiones eran aterradores y casi proféticos dado su tendencia en convertirse en realidad. Solo una persona me daba el permiso de ser niña, su presencia era suficiente para brindarme un ramalazo de tranquilidad, la amo con todo mi corazón, a pesar de su ausencia que aún pesa en mi vida. Con su muerte se llevo los restos de una niñez robada para poder ser disfrutada, dejando un vació en mi vida y abriéndole paso a los inicio de mi madurez, pero su amor eran tan fuerte que aún me encontraba bajo su cobijo, por lo que pude soportarlo.

Mi adolescencia no fue más sencilla, los problemas en mi familia abundaban y yo era cada vez más consiente de ellos, y sobretodo, capaz de entenderlo, lo que me abrió los ojos de manera abrupta. Pero el amor de mi abuelo, era suficiente para soportar el resto, él se apoyaba en mí y yo en él para sobre llevar su ausencia. Con la llegada de mis hermanos, había otro motivo más por el cual podía obligarme a continuar. Los días pasaron tan rápidos como los años, un nuevo sol salió para ponerse contra la vida de mi abuelo, que no pudo resistir otra pérdida, la de un hijo poco antes de mi cumpleaños.

Pero trate de ser fuerte, por mi mamá, por mis hermanos y mi padre. La cosas por mi casa no habían mejorado mucho, la perdida de mi abuelo, fue el parte aguas de otra serie de situaciones; como la insospechado intento de separación de mis padres, del que nadie daba crédito, ya que desde pequeña había aprendido a jugar bien mi papel de buena hija y estudiante ejemplar, y de la misma manera montar en escena a comedia de la familia feliz, pero al cerrase la puerta otra realidad nos esperaba.

Simplemente nadie daba crédito incluso, y curiosamente, culpaban a mi madre que había sido tan buena en su labor de tapar el sol con un dedo, que simplemente no daban crédito a las acciones que mi padre había hecho. Pero estuve dispuesta a pagar el precio por su tranquilidad, renunciando a la universidad en la que deseaba estudiar; era lo menos que podía hacer por ella. Otro adiós se vino encima, otra mudanza más en mi vida ya de por si bastante errante. Pero lo acepte supe sobre llevarlo.

El proceso de divorcio fue algo realmente pesado, al grado que mi héroe cayó de su pedestal a una velocidad increíble y lastimera, no soportaba su presencia ni sus besos dulce y sus palabras amables; no le perdonaba haber dicho palabras que me dolieron, y cometer acciones que casi destruyeron mi familia. Pero tenía que ser fuerte, mis hermanos merecían algo mejor, ver sus caritas felices, y una sonrisa en sus labios era suficiente pago, para tragarme mi dolor y ocultarles la realidad que teníamos ante nuestros ojos; después de todo ya tenía el adiestramiento necesario para lograrlo, con años de práctica en el uso de máscaras de felicidad efímeras.

Mis amigos dela universidad, eran según yo, una enorme bendición, me sostuvieron en sus brazos cuando mis alas estaban destrozadas y era incapaz si quiera de pensar con coherencia. Enjuagaron mis lágrimas, escucharon mis penas, y me brindaron un poco de su luz, incluso cambiaron algunos aspectos de mí; yo no era especialmente fotogénica o abierta con mis sentimientos, pero ellos me hicieron cambiar ese aspecto, le dieron un poquito de paz a mi vida. Aprendí a abrazar, y a recibir un abrazo, aprende a querer y ser apreciada, por lo que no todo fue en vano.

Todos mis esfuerzos se habían ido por la borda, mis padres se reconciliaron, y la verdad me daba gusto que así fuera, pese al extraño sentimiento de traición por parte de mi madre que de vez en cuando me invadía, pero que me fue fácil ignorar, ya que verla sonreír de nuevo realmente hacerlo, hacía que el resto valiera la pena. Se perdonaron lo que hubo que perdonarse, y se rectificaron los errores que debían serlo.

Mi vida amorosa era otra historia, no tenía mucha suerte en ella, de hecho prácticamente no existía, desaire tras desaire, lágrimas sobre lágrimas, me resigne a esperar y dejar que las cosas tomaran su cause. En mi grupo de amigos, era la que permanecía sola, la que escuchaba las aventuras amorosas del resto, para reír con ellas, para llorar con ellas, y para enojarme con ellas, cuando así lo requería la situación. Mil aventuras, momentos maravillosos que jamás pensé que se convertirían en mi peor pesadilla un par de años después.

Tenía demasiada presión, jugando mi papel de buena hija y excelente estudiante, mi corazón una era tan fuerte como pensaba, y termino enfermándose, la causa o el nombre de la enfermedad sigue siendo un misterio para la ciencia, aunque yo se que era fruto de todo el dolor que me había embargado durante tanto tiempo, de las heridas infligidas una y otra vez, cuyas cicatrices imperaban alrededor de mi corazón.

Aprendí a atesorar cada uno de sus latidos, y cada uno de los sustos que me daban mis constantes taquicardias, dando gracias al cielo por darme la oportunidad de sobrevivir a cada uno de sus embestidas.

Mi familia regreso a vivir con mi padre, por lo que yo me quede viviendo donde estaba, pero no estaría sola, mi “mejor” amiga había aceptado vivir conmigo para cuidarme, y yo a cambio no le cobraría nada por darme el honor de hacerlo.

Y poco antes de ello, entro en mi vida su primo, que parecía ser el príncipe azul que tanto había esperado, algo dentro de mí me advertía constantemente que tuviera cuidado. Advertencia que termine ignorando; pese a que sabía de sobra que aquello no tenía futuro; pese a que parecía tan real, se sentía de esa manera, y parecía que el atesoraba, incluso más que yo cada latido de mi muy dañado corazón, fingiendo admiración por lo poco que había logrado, me conocía de sobra, su fuente de conocimiento era la mejor que podía conseguir, tenía de su lado a mi mejor amiga, mi confidente oficial, la única persona que sabía mi historia por completo.

A quien acudí por su consejo, dado mis presentimientos contradictorios a mis emociones. Su consejo: vive el momento y date el permiso de disfrutar, TE LO MERECES. Y

Tenía razón, pero no por las razones que yo pensaba, lo merecí por ilusa e ingenua, pero eso vendrá más adelante. No hay inteligencia artificial que supere mi estupidez natural, por lo que seguí su consejo.

Me deje llevar, viví cada momento con intensidad, pese a que algo dentro de mi moría un poco cada vez que lo hacia, pero sus besos y sonrisas parecían sustituir de manera excelente la ausencia de mi familia. Mi corazón no estaba muy conforme, tanta presión por el último grado, el conocimiento de una relación sin futuro y a escondidas, aunado a las ausencias en mi vida; terminaron por casi hacerlo colapsar, dándome un pase directo al hospital, para darme uno de los más grandes sustos de mi vida.

Pero su capacidad histriónica no tuvo límites al momento de regañarme, por haber omitido el pequeño detalle de todas las señales que me habían anunciado de ese momento en que casi había colapsado. Incluso sentí culpa por haberlo hecho, por no haber tomado en cuenta el cariño de mis amigos y de él.

Como pude me puse de pie nuevamente para continuar, sin sospechar que una perdida aún más grande estaba por llegar. La gota que derramo el vaso: un accidente en mi auto.

Estaba herida física y mentalmente, pero estaba muy mal acostumbrada a que mis amigos me ayudaran, cosa que no ocurrió. Mi mejor amiga se fue de la casa ese día, cuando yo no era ni siquiera capaz de sostener un cubierto por mi misma, mucho menos de hacer todas mis labores, entonces hice un recuento mental, hacia mucho que había comenzado a sentir los indicios de su distanciamiento, pero hasta ese momento pude corroborar que eran reales, y no mi muy desbordada imaginación.

Con su partida, había dado inicio a algo, un pequeño hueco había nacido dentro de mi pecho, comenzando a succionarme desde adentro, y lloraba sin razón aparente. Mis sueños, más que eso eran pesadillas, que me avisaban constantemente lo que estaba por venir, había olvidado lo eficaces que eran para convertirse en mi realidad, y como cualquier otra cosa indeseable, les ignore.

Estaba tan embotada en tonterías, que cuando vi que me faltaba mi mejor amiga fui capaz de abrir los ojos, su ausencia, me recordaba a otras previas, y entonces reaccione demasiado tarde. Mis amigos me dieron la espalda. Y comenzó mi cadena de tormento.

Sabía que algún día el destino me pasaría la factura por los meses anteriores, donde había sido considerablemente feliz. Llego mi cumpleaños, solo para confirmarlo, y abrirme los ojos a mi realidad; mis amigos se habían cansado de mi tristeza constante, de esa queme anunciaba, lo que estaba por venir.

Se fueron sin mí, él, ni siquiera fue capaz de portarse como acostumbraba hacerlo, aparentando una relación que no teníamos. Al cerrar las puertas de mi casa detrás de mí, me desarme, las lágrimas se agolpaban con ferocidad sobre mis ojos, corriendo libremente sobre mi rostro, había hecho implosión, estaba presenciando una muerte y un futuro funeral; el mío.

Dentro de mí, nació un hoyo negro, con una capacidad destructiva impresionante, superior a cualquier herida que me hubiese sido infligida, los bordes me ardían en carne viva, estaba sola, realmente sola, consumida por el vacio de mi dolor.

Físicamente hecha una pena, mentalmente destruida, y sentimentalmente inservible, había perdido mi niñez, con la ausencia de mi abuela; dije adiós a mi adolescencia con la muerte de mi abuelo. Mi familia parecía estar mejor con mi ausencia de lo que jamás había estado con mi presencia, perdí a mis amigos, perdí el amor efímero y pendenciero que parecía el más real de los que jamás había tenido, pensé que había sido invitada a conocer un poco del paraíso, cuando en realidad me habían abierto las puertas del infierno.

Había muchas pérdidas en mi vida, se habían acumulado una a una, con el paso de los años, mi dolor era inexplicable, tan profundo que tenía las dimensiones de un hoyo negro, tan real, que era el único recordatorio de que seguía viva, y que debía continuar de esa manera para pagar por mi estupidez. Me consumía día a día, hasta que aquel inmenso hoyo desapareció, dejando la carcasa vacía y sin vida de lo que un día fui. Me dejaba llevar de un día a otro.

Siempre había sido una buena estudiante, pero nunca suficientemente buena, trataba de ser una hija ejemplar, pero parecía que nunca había sido suficientemente aceptable; quise ser una amiga incondicional, pero fracase en el intento; trataba de ser una pareja excelente, y solo fui una mujer vacía y carente de vida. No me quedaba nada por hacer, y nada más que dar, cualquier cosa que había emprendido había fracasado, deseaba morir, convertirme en algo etéreo y desaparecer, no veía que nadie me fuese extrañar en especial.

Pero con la luz de un nuevo día nacía una nueva tortura, despertaba empapada en las lágrimas, las mismas con las que había perdido la conciencia hasta dormirme de puro cansancio, en medio de gritos a los que nadie acudía en mi auxilio, ni siquiera en sueños conocía la paz, mis pesadillas, una a una se convertían en mi realidad; y eso era aún peor, por que sabía con anticipación lo que pasaría, y lo mucho que dolería. Mis taquicardias amenazaban constantemente mi vida, pero no podía contar con que fueran una salida, simplemente se hacían más fuertes, y amenazadoras, hasta en ocasiones robarme el aliento; del esfuerzo que mi cuerpo hacía por mantenerse a salvo, pese a que yo realmente no tenía ganas de hacerlo, pero parecía tener mente propia.

A mi alrededor solo había soledad, no contaba ni siquiera con mi propia compañía, estaba tan abajo, que no sabía como regresar a la superficie, estaba tan oscuro, que solo había negrura a mi alrededor. Hasta que recordé que sabía rezar, ya no tenía fuerzas para soportar sola eso un día más, rogué e implore por mi vida, debía haber alguna razón escondida para que él siguiera deseando tenerme con vida, siendo el monstruo que era.

Debía haber alguna razón que valiera la pena mi existencia sobre la de otras personas que perdían la vida día a día, entonces comprendí que tal vez ni siquiera podía aspirar a morirme, ya que solo morían, a mi manera de ver, las personas que merecían alcanzar esa paz.

Y yo estaba muerta en vida, la única paz a la que podía aspirar. Pero él fue benevolente conmigo, y se apiado de mi corazón, casi puedo jurar que sentí el momento en que me sostuvo entre sus brazos para ayudarme con mi carga, a pesar de que yo le había dado la espalda tantas veces y de que incluso había renegado de él.

Me acepto a pesar de mis errores, me amo, a pesar de mi vació y frío corazón. Y eso fue suficiente para intentarlo, seguí cayendo un y otra vez, no era capaz si quiera de conservar un trabajo decente, y cada uno tenía un final más dramático que el anterior.

Mi nombre significa estrella; y como una, fui capaz de hacer implosión, creando el más negro y oscuro de los hoyos negros, en el transcurso de mi vida solo había tristeza y soledad. Había sufrido pérdidas en todos niveles imaginables y posibles, sin amigos, ni familia, ni amor, por lo menos no real, caí en el más profundo de los abismos. El dolor y la soledad fueron mis compañeros más fieles y constantes, los conocí de cerca, a diferentes niveles e intensidades.

En mi estupidez, perdí algo incluso más importante que casi cualquier cosa que podría haber perdido, deje que la vida me arrastrara y que me arrojara al vació, y en el camino, me perdí a mi misma. Alguna vez escuche que la muerte era solo el principio, y ahora se que es cierto. Estuve muerta en tantos niveles, mal herida de diferentes maneras, vacía hasta lo imposible, hasta que mis pies se cansaron de caminar en ninguna dirección, mis brazos de nadar contra corriente, y mi corazón de luchar por causas perdidas, hasta que me solté de esa orilla, me arroje al vació, sin saber que podría encontrar del otro lado.

Me solté del borde al que me aferraba, al único que conocía, al más dulce de los sinsabores, solo para renacer. En este nuevo proceso de redescubrirme, encontré nuevas características en mí, y la presencia de otros que se acentuaron, y con ello el regreso a lo básico, a descubrir las raíces de mi esencia.

En los libros, encontré mi refugió y mi más reciente obsesión, lo que definitivamente no esperaba es que esa misma obsesión me llevaría a hacer el descubrimiento más grande de mi vida, al grado de darme una nueva ilusión y un nuevo propósito. Las palabras de esa sabia escritora, aunque sencillas en comparación a los libros que antes solía leer, fueron suficientes para darle a mi corazón nuevas alas e ideas, y un nuevo canon de amor. Cambiaron drásticamente mi vida; dándole un giro interesante.

¿¿¿Para que quiero un estúpido príncipe azul en su caballo blanco, si puedo tener un Edward Cullen en su Volvo plateado??? ¿¿ O no Karen??

Lo más curioso del asunto es que di con todo esto por accidente, siempre me ha gustado el cine, y por alguna razón aquella película de nombre casi poético, no me llamaba la atención, pero el destino me tenía preparado una nueva sorpresa, termine viendo esa película, por que no había ninguna otra que pudiese ver, demasiadas películas de terror y un corazón muy débil para presenciarlas.

Y nunca he agradecido más que así halla sido, simplemente termino por despertarme, la claridad a mi alrededor era abrumadora, y comencé a renacer a una velocidad increíble. Leí, bueno más devore cada palabra de esos libros, y aún tenía sed de más, “algo” me decía que debía seguir buscando, pase horas en internet, en esa búsqueda sin sentido aparente.

Hasta que Dios decidió que estaba lista para ello, crear ese espacio ha sido la mejor decisión que he tomado en años, por mucho; me abrió las puertas a un mundo que no creí posible conocer. Era alimento puro para mi alma, que comenzó a llenarse con la presencia y llegada de cada una, cuando me di cuenta, había descubierto una nueva adicción, necesitaba de sus palabras, de su presencia, de nuestras conversaciones fluidas y llenas de un amor puro y más palpable del que hubiera conocido jamás, llenaron aquel vació que había sido mi principal característica hasta ese momento. Entonces descubrí que cada lágrima derramada, cada momento de soledad había valido la pena para llegar a este momento, me daba una alegría inmensa el hecho de que ellas no hubiesen conocido ese intento de ser humano que algún día fui, tenía poco que ofrecerles, pero era mucho más de lo que pude haberles dado en aquella oscura época de mi vida.

Su amistad es simplemente uno de los tesoros más grandes que tengo el vida, descubrirlo y verlo crecer día con día, me da la fortaleza necesaria para vivir. Deseo todos los días ser algún día digna realmente de tener el honor que ustedes de todas maneras me han dado, el de ser su amiga y confidente. La distancia no parece barrera suficiente para este cariño arrollador que despiertan en mí, la edad es un límite que desaparece en cuanto se pronuncia el primer saludo del día.

Pueden estar seguras de que he sanado, y he sobrevivido a las pruebas que me han sido impuestas, que estoy mucho mejor y complacida de que conozcan esta nueva versión de lo que hoy soy. Que algún día habré de abrazarlas una por una, y decirles en persona las palabras que les tengo reservadas para ese día.

Somos fuertes, y personas maravillosas, de eso no me queda la menor duda, entramos en la vida de cada una para descubrir el verdadero significado de la amistad, para llenar aquellos vacios que estaban en nuestras vidas, se que somos capaces de lograr grandes cosas, por que nacimos para ser grandes, para vencer barreras y brincar obstáculos, y por esa misma razón se que algún día llegare a tenerlas frente a mí, para disfrutar de esos momentos y atesorarlos por el resto de mi existencia.

Con mucho cariño para mis niñas, mis amigosas del alma, las hermanas que la vida y Dios pusieron en mi camino para iluminar con su presencia mi existencia y brindarme el honor de tenerlas en mi vida todos los días.

Mi muerte, la despedida que algún día tuve que hacer de aquel ser que algún día fui, fue solo el inicio de esta nueva etapa, una que pienso disfrutar en compañía de mis amigosas del alma.

Pensaba en publicar esto el día del amor y la amistad, pero nuestro vínculo están fuerte que lo celebro todos los días, y hoy es un buen día para hacerlo, para que conozcan esa parte ocurra que alguna vez fui, y para que se den cuenta de lo mucho que significan para mí, y lo mucho que valoro el lograr poner una sonrisa en mis labios con cada nueva tontería que se me ocurre.

♥♥♥♥♥♥Por ustedes, que hacen que el resto de lo que me suceda valga la pena. FELIZ DÍA DE LAS AMIGOSAS^_^♥♥♥♥♥♥